“¿Quién soy? Un tipo con una cámara antigua y polvorienta, con un sistema de edición de video oxidado, mohoso, que se queja, gime y colapsa (el sistema de edición, no yo. Aunque...) Y, a pesar de las probabilidades, todavÃa estoy tratando de descubrir lo que serÃa tener un sentido de la mirada.†Asà se presenta Neil Ira Needleman en su blog, y la única biografÃa que se puede encontrar en los catálogos de los tantos festivales que programan sus cortos es “Nacà en Brooklyn, Nueva York, en 1957 y aprendà a filmar en las callesâ€. PodrÃa esperarse que alguien que se presenta asà termine realizando cortos de impronta rústica, de estética callejera, pero esa idea desaparece no bien enfrenta esas historias microscópicas que Needleman retrata a través de su ojo antiacadémico. Lo que sà es una constante en sus cortos es la postura amateur, pero no sólo por esquivar lo anquilosado sino también por una razón más etimológica: todo intento de filmar un mundo, por más diminuto que sea, termina visibilizando un enfoque amoroso. Al menos en sus últimas experiencias, A Trip to Prague y Meeskeit, dos cortos realizados en alianza perfecta con Herb Rogoff, ilustrador, pintor y editor de comics desde los ’50, que luchó contra la censura de su época. En un corto, la historia sigue a un joven estadounidense soltero que viaja a Praga y se cruza repetidamente con un matrimonio que le insiste en que “Un buen joven judÃo como tú necesita una buena chica judÃaâ€, sin saber que el deseo de él es otro. Meeskeit es un recorrido de Rebecca por las pinturas y dibujos que dejó como herencia su prima Sara, con quien tuvo un romance fugaz. En idish, “meeskeit†nombra una categorÃa peor que fea, y esa es la expresión que cargaron toda su vida estas dos primas enamoradas. Como único horizonte visual, ambos cortos de Needleman muestran bocetos a lápiz y pinturas preexistentes de Rogoff, para reinterpretarlas de manera diversa por medio de una voz que empuja cada imagen fija hasta que sea la huella de vivencias fundamentales para sus narradorxs. LeÃdas a contrapelo, esas viñetas son formas del deseo orgulloso que quiebran ciertos lÃmites con que la conservadora cultura judÃa estigmatiza, persigue y asfixia a la diversidad, a quienes tratan de vivir su sexualidad con libertad. Y, sin ser discursivo ni didáctico, cada retrato garabateado con la cámara de Needleman, aunque Ãnfimo, incluso incompleto, logra tramar un ciclo vital, donde felicidad y tristeza se sobreimprimen a partir de una suerte de imaginación testimonial sobre la búsqueda del amor diverso, que puede ser una aventura plena, pero también se queja, gime y colapsa.
A Trip to Prague y Meeskeit se proyectarán junto con otro corto de Needleman en el Festival de Cine JudÃo, del 4 al 10 de noviembre. Para detalles de la programación: www.ficja.com.ar
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