No es una basurita en el ojo, no es el viento, no es la lluvia, no es la bala ni es el bala que arrastré de camino a casa desde la lÃnea C Retiro-Constitución. ¡Es llanto! Emoción pura y desbordada que empezó como una gotita horadando la piedra y abrió la grieta del dique de mi corazón. Y bueno, sÃ, cursi ¿y qué? ¿O no es cursi ver a la madre de todas las locas convertida en padre de un bebecitx, cuchi cuchi mi amor ajo ajo, apenas más grande que el más pequeño de sus anteojos? Y si ellos pueden, Elton de 63 y su novio de 48, por qué no yo que soy tanto más joven, tanto más bellx... Tanto más pobre. Bueno, sÃ, pero desde cuando la materpaternidad tuvo algo que ver con el dinero. Ese es un pensamiento reaccionario y mezquino. ¿Que Elton alquiló un vientre y se rumorea que también compró el semen para que el vástago sea tan hijo de los dos como de ninguno? Allá él que no sabe nada de canje, hubiera pasado por la crisis del 2001 made in Argentine y sabrÃa de qué hablo. Relaciones solidarias, eso fue lo que le dije al chongo que me lustraba el aparato reproductor porque por alguna parte hay que empezar. El no me dijo nada, tenÃa la boca llena, pero me pareció que asentÃa. ¿Vos me darÃas un huevo, amor? Insistà de mimosx nomás, porque de inmediato me sentà como el perezoso de La Era del hielo 3 que se roba tres huevos de dinosaurio para convertirse en mamá. ¿Por qué no lx buscás hechx, Lux? Me dijo él cuando estuvo más libre y mientras observaba otro tipo de pendejos. SÃ, claro, de hechxs ya he criado una buena cantidad, un corazón tan grande como el mÃo no se conforma con frotamientos, también busca amor desinteresado. Pero lo que quiero ahora es esx pollitx que rompe el cascarón y le dice mamá a quien tiene enfrente ¿no es tierno? Dije con las manos en cruz sobre mi pecho a la secretaria de una clÃnica de fertilidad donde me mandaron unas amigas tortas de la que huà raudx apenas noté que el médico se parecÃa demasiado a la mayorÃa de lxs vástagxs de las pasteleras que conozco. Alquilar, comprar, demasiado mercantilismo para patermaternar, Lux, me dijo otra amiga mientras me dejaba a su niño de dos abrazado a un Hulk de plástico durante el fin de semana. Tus hijxs no son tus hijxs, son hijos e hijas de la vida, insistió mientras cerraba la puerta de mi habitación y el tesorito empezaba a masacrar a mi gatx con su monstruo verde. Todo muy lindo, muy emocionante, muy conmovedor. Pero más vale que vengan a hacerse cargo de este hijo de la vida porque ya no lloro de amor sino de dolor: creo que van a tener que operarme para quitarme el pequeño Hulk de la zona sensible.
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