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Viernes, 25 de noviembre de 2011
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Oda a los calores

Por Naty Menstrual

Qué calor, qué calor, se nos viene la calor de mi cola sale humo con olor a coliflor.

Nos quejamos de ese frío que no se iba nunca, digo, y nos helaba los huesos, y nos hacía dejar durmiendo en el placard las rabiosas minifaldas, las sandalias de tacos de acrílico y las remeritas puperas.

Me quejaba de los chongos demasiado cubiertos, con lana, con jeans, con gabardina, y detrás de ese bollo ropero escondidos sus calientes cuerpos. A la hora de la cama, si no había calefacción te cagabas de esperar que se les pare el muñeco, que timidón y tembloroso asomaba como un heladito barato, el más pequeñito de Freddo.

Y sí: cuando es corta porque es corta, cuando es larga porque es larga, cuando es gorda porque jode, cuando es flaca porque baila. La gata flora nos posee, es eso chicas, es eso y aunque odiamos el invierno el verano recién comienza y sí, señora ¿es verano vio? El sol sale fuerte y trae cáncer, métase en su casa y déjeme sola ante el caliente cielo. No se puede tomar birra en la calle porque fija las grasas, y comer chocolate menos porque es verano y engorda nuestros cuerpos, y la bikini ¿quién se la pone? No hay nada que tape los excesos del invierno.

Y sí, llegó el verano, se fue el invierno, y yo feliz con los chongos de Buenos Aires con sus paquetes al viento... sus shortcitos deportivos que les marcan el gansito a mis preferidos bosteros, transpirando la gota gorda en los gimnasios del centro.

Ay, amor, con boxer los prefiero, y cuando no, acarreando los carritos al rayo del sol que lame las pieles calientes de los efebos cartoneros. Yo soy del pueblo, que me agarren entre varios y me reciclen los rincones eróticos de mi cuerpo, qué bellezas mezcladitas, morochitos y rubiones, blanquitos, peludos o lampiñitos (¿qué más da?), que caminen derechitos o chuecos.

Verano que te quiero tanto y le das ritmo a mis cantos, a veces de ruda cumbia y otras de dulce bolero. Bésenme cartoneritos, al sol que late en el cielo, bésenme y cómanme asada por los rayos ultravioletas cancerígenos que me importan un pedo. Vamos bosteritos con el brillo de la tarde a revolcarnos que me arde, porque se fue el invierno y se hace tarde, tarde muy tarde y el sol se pone en el horizonte y vos ponémela de nuevo.

Tango que me hiciste trolo, ¡qué lindo! Se fue el invierno.

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