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Viernes, 16 de marzo de 2012
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A CLASE CON CLASE

Pequeño manual para docentes con inquietud

Este manual está destinado a todx docente, sea tortillera, marica, trans, travesti, bisexual, pansexual, cuir, intersex, hétero disidente y todxs aquellas personas de buena voluntad que quieran habitar el suelo de un sistema educativo menos custodio y normalizador de los deseos.

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La primera entrega de este manual, cuya segunda parte llega el próximo número, sugiere, estimula y promueve una serie de operaciones en la institución escolar para combatir el terrorismo heterosexual. Este ofrecimiento no reviste animosidad alguna, sólo reírnos y desafiar la burda impunidad y omnipresencia del régimen heterosexual.

¿Qué es el terrorismo heterosexual?

El terrorismo heterosexual es un sistema de prácticas, discursos, órdenes, comportamientos, gestos, estéticas, silencios, castigos, reglamentos, vigilancias, divisiones, marcas, sentimientos, categorías, mitos, disposiciones espaciales, etc., que sostiene la heterosexualidad como la sexualidad que organiza y administra los cuerpos en aceptables y desechables, en sanos y enfermos, en visibles e invisibles.

Es ejercido por tod*s los agentes del sistema educativo, de manera sistemática, involuntaria o interesadamente. No sólo se dirige a producir el deseo hétero –y el rechazo de todo desvío– sino que bajo la creencia de que gran parte de éste se articula con el rígido binarismo de género, instiga las formas de masculinidad y feminidad hegemónicas como opuestas, complementarias y asimétricas.

A su vez, el terrorismo heterosexual actúa mediante prescripciones implícitas como la maternidad obligatoria y forzada, el silencio sobre las prácticas sexuales no reproductivas, el ocultamiento de información para un aborto seguro, la presentación de la diversidad sexual como un catálogo inerte de seres extraños e inexistentes en las escuelas, el acoso habilitado a todo aquello que se interprete como extraño o raro, los chistes degradantes, entre otras reglas consuetudinarias que nos van disecando la piel, el ánimo y la autonomía.

De su pánico, horror, espanto y atrocidad nuestros cuerpos de tortilleras, maricas, trans, travestis, bisexuales, pansexuales, cuirs, intersex, están inundados.

Pero también nos hemos dotado de armas no mortíferas más severas y, en general, pacíficas para combatir su violencia. Fundamentalmente la ironía, el humor, el pensar colectivo y las alianzas de nuestras comunidades constituyen un arsenal del que es tributario este manual.

Las siguientes operaciones no son exhaustivas, ni tienen un orden lógico ni jerárquico, pueden ejercitarse todas a la vez, tanto como de manera progresiva o esporádica. Como se inscriben en el circuito de las situaciones inesperadas, su eficacia dependerá del contexto, la astucia del docente y de una pizca de azar. No es necesario el uso previo de las prácticas de enseñanza formal o convencional. Aun cuando todas esas instancias hayan sido agotadas, este manual es un buen incentivo para mantener en alto la moral de las huestes disidentes.

Advertencia: combatir el terrorismo heterosexual no es un llamamiento apologético a la eliminación de l*s heterosexuales. Es esputarles con respeto, valor primordial que se enseña en la escuela, y en su propia cara, sus exorbitantes privilegios.

El matrimonio igualitario no puso fin al terrorismo heterosexual, sólo nos adecentó y nos hizo presentables.

Estas operaciones no garantizan la caída del régimen, pero sí nos posibilitarán ser por unos segundos más felices.

Operaciones

1. Declarar en el Día de la Familia (tercer domingo de octubre), ser “objetor*s de conciencia”, fundamentando que la heterosexualidad atenta contra la libertad de vinculación y relacionamiento sexo-afectivo.

2. Introducir en los catálogos de venta de cosméticos que suelen ornamentar la sala de maestr*s, una copia de la tapa del libro La gesta del nombre propio. Informe sobre la situación de la comunidad travesti en Argentina y el artículo “Los cuerpos de la universalidad. Educación y travestismo” (pág. 93).

3. Invitar a tus amig*s tortas y maricas a que se besen a la salida de la escuela, mezclados entre la gente que espera a los niños.

4. Estimular a tus amigas travas a que concurran a la escuela a repartir afiches para difundir la feria de ropa del barrio y que se detengan a conversar en el hall de entrada.

5. Utilizar un llavero que no concuerde –normativamente– con tu expresión de género y mantenerlo siempre visible. Las maestras pueden usar de Ben10 o Spiderman y los maestros, de Barbie o SailorMoon.

6. Portar tarjetitas de un* psicólog* amig* para recomendarles a l*s maestr*s que se muestran preocupad*s u horrorizad*s por los niños afeminados y las niñas machonas, e invitarl*s a hacer terapia.

7. Aparecer el 11 de septiembre en el acto del Día del Maestro con una barba drag, en homenaje al Gran Sarmiento Inmortal y al lenguaje sexista.

8. Exhibir para el 18 de mayo, Día de la Escarapela, una banderita del orgullo en el guardapolvo y responder ante posibles miradas o preguntas inquisidoras: “La insignia de mi patria”.

9. Proponer para el 21 de septiembre, Día Mundial de la Paz, la realización del “Día Rosa” y que todo el personal y alumnado porten un brazalete rosa en su guardapolvo.

10. Colocar en la bicicleta del profesor de educación física, obsesivo con el deporte y con la virilidad exacerbada de los varones, un cartel que a imitación del espíritu de la Masa Crítica consigne “Un homofóbico menos”.

11. Proponer a l*s alumn*s hacer el “juego de la inversión” por un día, que vaya desde el cambiarse el género del nombre propio hasta incluso todas las tareas, juegos y comportamientos respectivos.

12. Estimular a los varones para que bailen “árabe” en zunga para los festejos del Día de la Primavera, mientras que las niñas sean las espectadoras. Se puede argumentar “igualdad de oportunidades en la exhibición hipersexualizada del cuerpo de la infancia”.

13. Impulsar para el acto del 25 de Mayo, aniversario de la Revolución Patria, el uso de calzas para los varones como forma de emular a los patriotas de la época.

14. Dejar dentro del libro de firmas del personal y en la fotocopiadora de la escuela, para el 17 de mayo, Día de Lucha contra la Homo-lesbo–trans/fobia, un afiche sobre el fusilamiento de la Pepa Gaitán por torta marimacha.

15. Colocar la revista El Teje –periódico travesti latinoamericano– junto a otros libros de tejido sobre la mesa de la sala de maestr*s. Imposible que pase desapercibida.

16. Sugerir al cuerpo docente que a los niños que insultan a sus compañeros con la palabra “nena”, se les requiera una redacción a partir del blog http://mujeresculturistasvip.blogspot.com y que lleve de título: “La nena que jamás imaginé”.

17. Sugerir al cuerpo docente que a l*s niñ*s que insultan a sus compañeros con la palabra “maricón” se les solicite la confección de un afiche para una lección oral sobre “Ecosistema marica”, usando imágenes e información del Club de Osos.

18. Mostrar durante la clase de educación sexual para 7º grado, una variedad de dildos para que las estudiantes experimenten y jueguen. Ante posibles quejas de las madres y los padres, invitarlos a traer sus propios dildos.

19. Dibujar en los libros de textos de 1º grado una variedad de posturas y sentimientos que enriquezcan las imágenes: varones abrazándose entre sí, niñas con pelo corto, niñas jugando con aviones, chicos jugando con muñecas, varones paseando un cochecito de bebé, etcétera.

20. Intercalar entre las hojas de los manuales para 2º ciclo una fe de erratas que diga: “En la página 23, donde dice: ‘Clara se enamoró de Marcos’, debería decir: ‘Clara se enamoró de Maura’”.

21. Enseñar durante las clases de educación sexual para 6º grado el ano como órgano sexual posidentitario. Ante la posible queja de las madres y los padres, averiguar la dirección postal o electrónica de Beatriz Preciado e invitarlos a que le dirijan su disgusto a ella. No obstante, para su mayor tranquilidad avisarles que esto no afectará el cobro de la Asignación Universal por Hijo.

22. Proponer una alianza de solidaridad ante la injuria. Por ejemplo, si una maestra es tratada de “puta” por un alumno, padre, compañer* o puntero rompehuelgas, aparecer todo el personal al otro día portando un cartel que diga: “Yo soy puta y mi patrón es el Estado proxeneta”.

23. Destacar, durante el momento de la entrada e izamiento de la bandera, a los varones que lloraron durante la semana y felicitarlos por expresar sus sentimientos.

24. Abandonar sobre la mesa de la cocina un número de la revista Maestra de Primer Ciclo, cuya tapa intervenida sea la imagen de dos maestras dándose un pico por el 20 de julio, Día Internacional de la Amistad.

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