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Están quienes pugnan por conservar privilegios. Y quienes luchan por extender derechos; de entre los que militan en estas últimas filas, unos cuantos acaban de juntarse en el Frente Nacional por la Igualdad del Movimiento Evita.
Evento “sandwich”, el flamante nucleamiento fue presentado en sociedad en el Hotel Bauen de la Ciudad de Buenos Aires el viernes 9 de noviembre, en la víspera de la marcha de la bronca y la vigilia de la marcha del orgullo realizadas en otras veredas y calles porteñas. El Frente es una confluencia de referencias militantes de la diversidad sexual, el feminismo, las personas migrantes, con discapacidad, privadas de su libertad y liberadas, afrodescendientes y agricultores cannábicos. En la jornada de presentación, los delegados de cada uno de esos colectivos debatieron en cuatro comisiones de trabajo: salud, educación, trabajo y derechos vulnerados. ¿El objetivo? Elaborar un plan de acción común para 2013 en pos de la igualdad.
En ese intercambio de experiencias se recogieron las inquietudes y socializaron las prioridades de cada grupo, abanico de demandas que prefiguran proyectos de ley o propuestas de políticas públicas con los que se buscará interpelar al Estado y a la sociedad toda el año próximo.
La agenda incluye la despenalización del aborto, la promoción del acceso a la salud, la educación y el trabajo para las personas trans, la reforma de la ley de sangre que todavía hoy discrimina a la población LBGT y la elaboración de contenidos específicos para prevenir situaciones de acoso escolar. Lourdes Rivadeneyra, de la Red Nacional de Migrantes, aportó: “Nuestro objetivo es lograr una ciudadanía plena a través del derecho al voto”. Patricia Gomes, referente de los afrodescendientes, explicitó: “Pedimos que se incluya nuestra historia en el dictado de las currículas educativas y que se eliminen los criterios discriminatorios a la hora de acceder a entrevistas laborales”.
En nombre del Frente de Personas Privadas de la Libertad y Liberadas, Lidia Pérez habló de la necesidad de “profundizar en los servicios penitenciarios provinciales los programas nacionales de educación a personas en situación de encierro, trabajar sobre la ley de antecedentes penales y elaborar un protocolo de requisa para personas trans”.
“Autocultivo, cultivo solidario e investigación sobre el cannabis para uso medicinal son los tres puntos que no pueden faltar en una reforma integral de la ley de drogas”, concluyó Nermi, de la Agrupación Agricultores Cannábicos.
“Venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”, decía el maestro Jauretche. Lejos de todo semblante desfigurado por el odio, rostros sonrientes, miradas pícaras y hasta ríos de baba (uno de los voceros cannábicos despertó generalizadas adhesiones con su estética chonga) prologaron el cierre del encuentro, en el que los discursos políticos convocaron a redoblar la militancia. “Sin lucha, no hay victoria. Vamos por más inclusión”, arengaron Jorge Taiana y Fernando “Chino” Navarro, del Evita. A solas con Soy, la referente nacional del Frente, María Rachid, sintetizó: “Es mucho lo que hemos logrado, pero también es mucho lo que falta. Tenemos que avanzar en las políticas públicas que conviertan la igualdad jurídica en igualdad social”. Al final, la militancia tronó con el cántico de los días de apogeo de la lucha por la ley de matrimonio igualitario: “¡Igualdad, Igualdad, Igualdad!”.
Cuando el auditorio se vació, en la sala quedó una proclama redondita: “Hace 200 años la lucha era por la libertad; hoy es por la igualdad”.
Hay discusiones que atrasan siglos; y otras, que adelantan.
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