鈥淎 m铆 me encanta ser maric贸n. Me parece genial, lo disfruto. Estar con otro hombre, que seamos dos hombres, me da morbo. Si naciera de nuevo, quisiera ser maric贸n de nuevo鈥: reci茅n llegado de la Feria del Libro de Santiago, en Chile, Luis Negr贸n llena, con su sola voz, de risa, Caribe y fervor puto 鈥撯減ato鈥 en su tierra鈥 al bar de Villa Crespo donde tiene lugar esta entrevista. Viene a presentar Mundo cruel, un hermoso libro de relatos que acaba de publicar P谩prika 鈥揷on apenas 6 t铆tulos una de las m谩s notables el 煤ltimo a帽o鈥 en nuestro pa铆s. La aventura empez贸 en 2010, cuando era librero en San Juan, Puerto Rico, y public贸 los cuentos en una edici贸n de autor: 鈥50 ejemplares. 25 para los amigos y el resto a para alguna loca que anduviera por ah铆鈥. Fue premiado en Estados Unidos, recibi贸 el Lambda 鈥損or primera vez otorgado a un libro traducido鈥. Y desde entonces da vueltas por el mundo. Antes 鈥渘unca hab铆a pedido el pasaporte. Para qu茅, si no iba a ning煤n lado鈥. A partir de este libro gast贸 el pasaporte. Y lo est谩 por llevar al cine Benicio del Toro, as铆 que se va a tener que sacar uno nuevo. Y todo este viaje empez贸 con una edici贸n pagada por el autor. 隆No se desanimen, escritores n贸veles! Dec铆a que Mundo cruel es hermoso. Lean estas pocas l铆neas y van a estar de acuerdo enseguida: 鈥淧api agarr贸 mi cara con una sola mano y la apret贸 como una bola de papel dentro de su pu帽o. Se quit贸 la correa y azot贸 mi espalda. Cuando vio que no lloraba, que no dec铆a ni ji, cruz贸 con la hebilla mi frente hasta que el corito que cantaban en la radio par贸. Me dej贸 ambos ojos hinchados y la nariz rota. Al bajar la inflamaci贸n, el rostro se me hab铆a transformado. Se parec铆a a las estampitas de los santos que ten铆a mi abuela, la cat贸lica, en su casa. Para los dem谩s muchachos eso era irresistible. Todos quer铆an ser mi novio.鈥 El que habla es el narrador-protagonista de 鈥淓l elegido鈥. El chico se transforma, por obra y gracia de la feroz paliza de su padre, en una especie de santo del placer: todos, desde el director del coro hasta el hijo del pastor y el pastor mismo, quieren cojer con 茅l. As铆, jugando con la desmesura y con el absurdo, con el humor y con algo del horror, con la m煤sica veloz de la oralidad boricua y sus palabras recortadas mezcladas con ese castellano com煤n a toda Hispanoam茅rica que se suele llamar neutro, Negr贸n cultiva una especie de realismo desenfocado por exceso. De 鈥淓l elegido鈥, dice que 鈥渆ra como crear un santo y un monstruo a la vez, es un cuento esot茅rico, no est谩 en cuesti贸n la existencia de dios, el personaje est谩 c贸modo con la religi贸n, no se quiere salir de la Iglesia: es como decir, de la trinchera de la que m谩s nos atacan, tambi茅n hay homosexualidad鈥.
鈥揝铆, yo siempre dije: si tuviera una religi贸n, ser铆a cat贸lica. Yo recuerdo que miraba esas ilustraciones b铆blicas, eran lo m谩s cercano al porno que pod铆a tener, no hab铆a Internet por entonces. Por otra parte, aun en los contextos m谩s adversos, uno es. 鈥淓l elegido鈥 es lo que nosotros llamamos una 鈥渓oca zafia鈥, la que no se deja joder por nadie. Claro que me da pena que el ni帽o tenga que pasar por eso. Pero bueno.
Sus cuentos van armando un mundo, el de los 鈥減atos鈥, putos, dir铆amos nosotros, de Puerto Rico, que en Mundo Cruel se representa como una sociedad m谩s bien conservadora. Entonces, algunos de sus 鈥減atos鈥: la loca vieja enclosetad铆sima y bul铆mica que se prepara seis horas para ir al boliche 鈥攍a 鈥渂arra鈥, dicen por all谩鈥 y puede terminar con tremendo soponcio por la salida forzada del armario provocada por el activismo de los j贸venes patitos, m谩s libres y mucho menos coquetos. Otra loca, una ingenua, las locas son los personajes m谩s divertidos de Negr贸n, que termina embarcada en una desventura internacional por amor a su perra muerta. Un taxi boy distra铆do que puede volver cien veces a la escena de un crimen. Dos vecinas, 鈥渕adre preocupada鈥 y 鈥渕adre tambi茅n preocupada鈥, hablan con maldad del hijo de otra, bastante pato a simple vista. Hay m谩s, claro, no vamos a contar cada uno. Y todos en el contexto de un barrio de una ciudad: Santurce, en San Juan de Puerto Rico; 鈥淐uadras y cuadras llenas de oficinas de m茅dicos, templos cat贸licos, evang茅licos, morm贸nicos, rosacruces, espiritistas, jud铆os y yogu铆sticos, si es as铆 como se dice. Peste a alcantarillas las veinticuatro horas del d铆a. Calor insoportable.鈥 Sigue la enumeraci贸n, suma las tiendas, los colegios, los terciarios con salida laboral. Un barrio lleno de humor y de deseo de salvaci贸n, violento, medio averiado y bien abigarrado, repleto de inmigrantes dominicanos 鈥揹espreciados por una parte de los boricuas鈥 y, a juzgar por lo que escribe Negr贸n, lleno de 鈥減atos鈥.
鈥揚ato sale de mover la cola; somos putos caribe帽os, si movemos la cola la movemos m谩s, con m谩s ritmo, somos una sociedad m谩s mulata. Una de las carnadas que usan las locas en los barrios para seducir, o para desafiar, es mover mucho el culo. De ah铆 viene la palabra. A las lesbianas les decimos patas o buchas, que viene de butch. La mayor铆a de los homosexuales portorrique帽os emigran a Nueva York, en lo que se llama el 鈥渟exilio鈥. Por ejemplo en Stonewall estuvo lleno de locas puertorrique帽as. Adoptamos muchas palabras que vienen del mundo queer de all谩.
Lo gay, de casarse y todo eso, es otro estrato social; si tienes dinero, es m谩s f谩cil salir del cl贸set y por otra parte es el tipo de hijo homosexual que toda mam谩 quiere tener. Cuando a m铆 me preguntan 鈥溌縯煤 eres gay?鈥, yo les contesto: 鈥淣o, no tengo ropa para eso. Yo soy maric贸n鈥 o 鈥渘o tengo cuerpo para eso, 驴ves esta pancita? Este es cuerpo de maric贸n鈥. Por otra parte, mis cuentos suceden en el margen del margen, donde todo coexiste con cierta violencia. Donde viven los inmigrantes y la gente m谩s pobre, la de los trabajos manuales. Y los maricones desde siempre han vivido ah铆. Es una homosexualidad m谩s desafiante, m谩s dura y m谩s descarnada. Mis locas son, claro, una reivindicaci贸n pol铆tica; me parece tr谩gico que haya un solo espacio de aceptaci贸n y de asimilaci贸n. Me parece que es m谩s f谩cil aceptar a Ricky Martin, que es lindo, que es rico, que a una loquita medio problem谩tica y mal hablada. La loca es subversiva, de caminar por la calle nom谩s todo el mundo se la queda mirando porque est谩 rompiendo con la norma. Es m谩s importante pol铆ticamente la loca: los derechos no los adquirimos por portarnos bien, al contrario, fue por joder y por desafiar. A m铆 eso me parece m谩s importante que decir que somos todos iguales. Adem谩s, no, somos todos diferentes.
S铆, y de Pedro Lemebel tambi茅n, esa loca seductora. Adem谩s, para un escritor la loca es ch茅vere porque hay melodrama y s谩tira, el personaje es una performance caminando. Puede ser m谩s dura en el uso del lenguaje, como por ejemplo en el cuento 鈥淟a Edwin鈥, cuando le dice t煤 eres un pato, t煤 eres un maric贸n, olv铆date de conquistas pol铆ticas y todo eso. Por usar palabras como loca o pato o maric贸n, mucha gente de la Academia considera en Puerto Rico que mi trabajo es homof贸bico.
No, la que viene de la gringa, la de lo correctamente pol铆tico. Yo les digo: march茅 para llamarme como yo quiero, no para que vengas t煤 a decirme c贸mo me tengo que llamar. Tambi茅n hay gente que dice que la culpa de la homofobia la tienen las locas o las mujeres masculinas, o que no van al desfile gay porque van las travestis. Hay mucha homofobia dentro de la comunidad. Tanta como para cuestionar la noci贸n de comunidad. Me gusta trastocar esa idea de que entre nosotros estamos seguros. No es as铆, se nos cuela la homofobia, la hemos internalizado.
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