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Viernes, 18 de diciembre de 2015
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Intimidades del señor

Tanto las fantasías como las investigaciones que indagan en la sexualidad de Jesús han sido tratadas como sacrilegios o como pérdida de tiempo. El pastor Thomas Dixon Hanks, pastor norteamericano cofundador y ex director del ministerio multicultural de minorías sexuales Otras Ovejas, es uno de los tantos investigadores que postulan la existencia de un Jesús queer, en el sentido de subversivo de todos los órdenes, incluido el de la masculinidad.

Por Magdalena De Santo
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Para algunos puede resultar desopilante la pregunta por la sexualidad del bebé pronto a nacer. La tradición opresiva de la institución eclesiástica nos hace mirar, al menos a los ateos, con una mueca de desconfianza cualquier análisis de este tipo. Incluso podría sonar como una pregunta paródica, pero la navidad se nos impone por calendario. Podremos argumentar que no nos importa nada relativo a la vida de Jesús porque se lo ha utilizado para legitimar distintas injusticias –económicas, racistas, esclavistas– a lo largo de estos dos milenios. ¿Pero si Jesús fuese gay por puño y letra sagrada? ¿Si fuera el propio homolesbobitransodio lo que no nos permite leer al Cristo Gay? ¿Y si la pregunta en sí misma ya significara un modo de echar un poco de vino espumante a tanta tradición?

De la erotofobia al heteroseximo

Existe una historia de erotofobia en general por la tradición cristiana que asume que ocuparse de las relaciones interpersonales de Jesús es considerarlo pecador. Y decimos erotofobia porque bajo este precepto la esfera de la sexualidad sería un aspecto necesariamente negativo. “Si Jesús era totalmente humano, debió ser totalmente erótico. Eso significa que la sexualidad es algo positivo. Necesitamos recuperar el concepto de que la sexualidad es maravillosa y positiva”, escribe el reverendo Bob Shore-Goss, pastor gay miembro de las históricas organizaciones ACT UP y Queer Nation, autor de varios libros sobre el tema, entre ellos Queering Christ y Jesus ACTED UP: A Gay and Lesbian Manifesto.

La sexualidad positiva de la vida del niño nacido entre las pajas de Belen fue sintonizada con los apetitos de la carne mediante relatos populares. Sin embargo, siempre que lo vincularon eróticamente con alguien, lo recrearon heterosexual. El popular Jesucristo Superstar lo emparejaba con María de Magdalena, como también lo hizo Nikos Kazantzakis en La Última Tentación de Cristo o el best seller El Código Da Vinci que se esfuerza por demostrar que el discípulo amado de la última cena era la prostituta. Así el precio de salir de la erotofobia cristiana se pagó con la moneda de cambio que bien conocemos: el heterosexismo.

Más allá de valorizar la erótica de la carne para Goos “Si Cristo no era homosexual, al menos era queer. Lo digo porque rompió las reglas de su cultura, de la heterosexualidad obligatoria. Alteró la masculinidad y los códigos de género en su cultura”. En efecto, para Goss lo más revulsivo en la época greco-romana no era tanto que los varones mantuvieras relaciones homoeróticas sino más bien la feminización del macho. La norma no recaía tanto en lo sexual como en el género: Lo abominable, según la Biblia, es que un hombre duerma con otro hombre como si fuera una mujer.

Jesús ama a un varón

El prejuicio parece haber conspirado para ocultar a la mirada del lector al candidato más obvio. La lectura menos forzada del texto es que además de amar a sus discípulos, Jesús también tenía un amado, para quien él era el amante, y que la relación era evidente para las personas que conocían a Jesús. Lo sorprendente de la lectura heterocentrada de la Biblia es que se menciona cinco veces que Jesús tenía un discípulo amado, con o de varón. Y nadie quiere verlo. A lo largo del Nuevo Testamento se encuentra escrito literalmente como “aquel que Jesús amó”. Y si bien Jesús es puro amor, lo más llamativo es que, con una sola excepción, el único Evangelio en que se dice que Jesús ama a otro ser humano es en el Evangelio de Juan.

Conversamos con Thomas Dixon Hanks, pastor norteamericano de 81 años co-fundador y ex director del ministerio multicultural de minorías sexuales Otras Ovejas. Thomas es norteamericano pero reside en Buenos Aires desde hace casi treinta años. Y estuvo en el closet hasta en enero del ´89 donde no quiso dar un pasito, sino crear una estampida: envió una carta pública a sus colegas, amigos y amigas donde le agradece a Joyce, su ex esposa feminista lectora de primera mano de Simone de Beauvoir, “quien guardó fielmente un secreto difícil y compartió veintiocho años de convivencia a pesar del gravoso costo emocional”

¿Quién era el discípulo amado?

Para mí, Juan. Hay muchos libros que lo discuten. Pero no creo que sea una pregunta tan importante. Me parece mejor cuál era la relación entre Jesús y el discípulo amado, cuestión que muy pocos teólogos se han planteado. Se preguntan quién es el discípulo que Jesús amó pero aparece un bloqueo ideológico que no les permite plantearse de qué se trataba de esa relación.

¿Y cómo era la relación entre Jesús y Juan?

Sexual. Si en la cultura de aquel entonces alguien llegaba a los treinta años sin casarse ni producir hijos me parece altamente probable que tenga una orientación no heterosexual. La presión de ese tiempo, y como ahora en muchos círculos, era producir herederos para dividir la propiedad. En las comunidades cristianas, en los pueblos más chiquitos también se tenía hijos para tener gente trabajando en la agricultura. En ese sentido, Jesús desafió la masculinidad de su época.

¿Vos decís que era queer?

Yo uso queer en un sentido distinto. Mi viñeta favorita de Mafalda es esa que tiene el globo al revés. Para mí es eso. Queer es el subversivo, el que no acepta lo que todo el mundo dice que es cierto y plantea otra óptica o visión del mundo. Obviamente creo que Jesús hizo esto en muchos sentidos, sin importar demasiado su orientación sexual.

¿Y cómo es que desafió la masculinidad de su tiempo?

Para los greco-romanos el varón debía matar a toda la gente posible, tener sexo con todas las mujeres y producir todos los niños posibles. Y viene el cristianismo con esto de que hay que ser eunuco, lo cual era una especie de reducción en la idea de ser varón. Esa discusión sobre qué es ser varón o cuál es el ideal de masculinidad fue una lucha que duró varios siglos. La teología feminista está estudiando estos aspectos de la masculinidad.

¿Y dirías que Jesús era bisexual?

Muchos escriben libros sobre Jesús casado con María Magdalena, pero cuando vemos las evidencias de la escrituras vemos que ella quiso tocarlo después de la resurrección, él dijo “no, no, no”. Con el discípulo amado fue muy distinto, está acostado con él en tres momentos. La afectividad de Jesús parecería homoreótica.

¿Y la persecución ideológica al respecto, cuando comienza?

Recién en la edad medieval empezaron a hablar de la sodomía como pecado. En la biblia sodoma es un lugar, no un pecado. En esa época, en el siglo V, se empezó a hablar de la sodomía sin definición muy clara, lo dejaron un poco ambiguo con la caracterización “como todo el mundo sabe”. Y empezaron a matar a personas que no fuesen heterosexuales pero en el sentido de producir hijos.

¿Entonces hasta el siglo V todo bien con el homoreotismo?

Boswell, un católico homosexual profesor de historia medieval en Yale, dio el argumento de que en los primeros siglos las distintas iglesias no estuvieron en contra de las minorías sexuales. Escribe un apéndice de la Biblia donde sostiene que hemos mal interpretado los textos. ¿Por qué condenamos el adulterio y no la heterosexualidad en David mientras que en relaciones homoeróticas si aparecen casos de abuso o violación, lo que se juzga es la orientación y no la violencia? En otro libro, publicado un poco antes de que Boswell muera de sida, prueba que hay evidencia de que en monasterios había matrimonios del mismo del mismo sexo. El es el primer académico en hacerse las preguntas que cuestionan la postura bíblica tradicional del Vaticano. Para mí este libro fue trascendental.

¿A qué se debe para vos esta imposibilidad de leer el carácter homoerótico de Jesús?

Bueno, así funcionan las ideologías de sexo y familia. La propaganda de la mayoría domina y elimina las otras alternativas. Por eso hay que hacer cosas.

¿Qué cosas?

Y, si alguien dice que Cristina Kirchner está en contra de los homosexuales y tenemos evidencia en contra, debemos refutar eso. ¿Por qué vamos a estar entregando trincheras de guerras a los enemigos continuamente? Por eso me parece importante acercarse a la gente y mostrar que la Biblia no condena la homosexualidad y contiene más de 20 tipos de formaciones familiares que no son la nuclear.

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