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Viernes, 15 de julio de 2016
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¿Y AHORA QUE? > ANALIZANDO EL IMPACTO DEL MATRIMONIO COMO INSTITUCION QUE COMPARTEN HOMOS Y HETEROS, UN AÑO ANTES DE QUE LLEGUE LA COMEZON.

La letra chica

Por Matías Máximo

“En las uniones civiles que se daban previas a la sanción de la ley, las parejas homosexuales venían solas, firmaban y se iban. Algo que cambió es que se sumó la participación de las familias de los conyugues, de los hijos, de los padres y amigos. Se convirtió en una celebración y eso es una de las cosas más lindas que pude ver en estos años. Otra cuestión es que la ley vino a poner un marco para que no exista más la posibilidad de que si yo quiero caso y si no quiero no, porque ya ningún juez de paz puede oponerse”, dijo a SOY Ana Lávaque, ex directora del registro civil de la Ciudad y actual titular de la cartera de producción de documentos del Renaper.

Pasada la discrecionalidad moral y religiosa al momento de unir parejas, hoy los Registros Civiles tienen otros grises administrativos frente a la comunidad lgbti. Por ejemplo, si un matrimonio se casó antes de la ley de Identidad de Género y atravesó un cambio registral, aunque quiera modificar el acta original del casamiento no puede hacerlo. Esas actas de matrimonio previas, al conservar un género que ya no es el que figura en el DNI, incumplen un derecho. “En ese sentido la ley actual tiene huecos importantes que no le permiten a un oficial público actuar con total tranquilidad. Lo que correspondería es que existiera una enmienda o reforma, así no habría margen de interpretación como pasa ahora”, explicó Lávaque.

Se trate de matrimonios o no, los cambios administrativos en las partidas de nacimiento de lxs hijxs de personas trans quedan estancados por la burocracia. Existe solo un caso donde este tema se resolvió, judicialmente, que tiene de protagonista a una niña que nació en Salta antes que su padre y madre cambiaran los DNI. A los meses de nacer, la niña había quedado anotada como el fruto de dos identidades que ya no figuraban en ningún documento. Y recién después de litigar contra el Registro que se los negaba, la pareja consiguió un acta que dice que esa niña es su hija.

Otro caso es de la “voluntad procreacional”, una nueva figura legal que dice que los padres/madres de un niño que nace por reproducción asistida son quienes prestaron su voluntad para serlo, más allá de que hayan aportado o no su material genético. La ley de Registros también quedó atrasada frente a estas nuevas posibilidades y en muchos casos atrasa la correcta inscripción.

Unificar los criterios es un objetivo que llegó al Senado en junio, a través de un proyecto que busca cambiar la actual ley de Registros Civiles y permitir nuevas actas acordes a las normativas vigentes. El texto, que lleva la firma de Sigrid Kunath, Juan Manuel Abal Medina, Liliana Fellner y Jaime Linares, fue escrito por 100% Diversidad y Derechos y un equipo de investigadores de la UBA, encabezado por la especialista en Derecho de familia Nelly Minyersky. Según Kunath, “la intención es incorporar algunas cuestiones que ya están vigentes pero que no tienen su correlato en esta ley, que es anterior a la sanción del nuevo Código Civil y Comercial. Así esta actualización busca garantizar el acceso a los derechos a todas las familias”. La solución provisoria, que suele rebotar en los juzgados antes de concretarse, es conseguir un certificado judicial que nivele las diferencias de los archivos registrales. Mientras no se sancione una nueva ley, estos trámites demoran temas tan básicos como la inscripción en una obra social o un jardín de infantes.

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