Imprimir|Regresar a la nota
Viernes, 28 de octubre de 2016
logo soy
ADI脫S

EL ULTIMO EXCENTRICO

Larga vida trash a Pete Burns, mitol贸gica popstar de los 80, 铆cono de transformaci贸n y desparpajo, deidad fashion.

Por Ignacio D鈥橝more
/fotos/soy/20161028/notas_y/untitled-5.jpg

Pete Burns fue, como bien lo despidi贸 Boy George, 鈥渦no de nuestros grandes y verdaderos exc茅ntricos鈥. Resultar铆a c贸modo dejarse atrapar entre vaivenes est茅ticos, rumores hist贸ricos o esc谩ndalos salpicados porque de todo esto hubo, y en cantidad, a lo largo de su vida y su carrera. Mucho de lo que la Pete nos quer铆a decir, sin embargo, quedaba latente en medio de tanto flash. Era pol铆ticamente incorrecto, y muy a menudo; no daba excusas -mucho menos, disculpas- que justificaran sus decisiones; defend铆a su derecho a ser quien prefer铆a ser sin m谩s certezas ni titubeos que aquellos que lo habitaban, y ese derecho se extend铆a, para espanto de muchxs, a la posibilidad concreta de ser poseedor de una imagen f铆sica mutante y perfectible seg煤n par谩metros exclusivamente personales.

Vivi贸 sus 煤ltimos a帽os como superestrella de reality shows desde que su paso por la edici贸n de celebridades del Gran Hermano local lo terminase de ubicar como figura central en el cotilleo m谩s descarnado, al que 茅l se prestaba sin entrar en la relaci贸n tortuosa y repetid铆sima que tantas personalidades mantienen con los medios m谩s entrometidos porque, en su caso, las intromisiones eran consentidas. En esa casa de c谩maras Gesell se lo vio cambiar de peluca con cada puesta de sol y jactarse de que uno de sus tapados preferidos hab铆a sido confeccionado con cuero de gorila (animal en peligro de extinci贸n), algo que motiv贸 la ira de televidentes y de varios grupos proteccionistas y que culmin贸 con el abrigo siendo confiscado por la polic铆a local con resultados ins贸litos (el cuero era de mono y Pete Burns exigi贸 recuperarlo).

El inter茅s p煤blico se concentraba sobre todo en las mil etapas sucesivas de su rostro, que ven铆a mutando por decisi贸n o, en la 煤ltima d茅cada, m谩s por necesidad ya que una serie de inyecciones para aumentar el volumen de sus labios hechas con un material acr铆lico peligroso lo dej贸 al l铆mite de la amputaci贸n y lo oblig贸 a someterse a numerosas intervenciones reconstructivas. Este calvario tambi茅n fue material de reality, con Burns protagonizando env铆os en los que se analizaban padecimientos y soluciones.

Hubo un camino previo, cuyo principal hito fue el espectacular 茅xito 鈥淵ou spin me round (like a record)鈥, canci贸n que compuso y luego edit贸 junto a su grupo Dead or Alive sobre fines de 1984 y que lleg贸 al n煤mero uno seis meses m谩s tarde. Sigui贸 el disco debut, 鈥淵outhquake鈥, aunque el impacto de aquel primer hit nunca se repiti贸 con la misma fuerza. Burns siempre se mostr贸 andr贸gino y enigm谩tico, exagerado y dado al drama visual, como el parche que us贸 para disimular secuelas de su primera rinoplast铆a es testimonio.

Desafi贸 las presunciones comunes al sostener durante veinticinco a帽os el matrimonio que hab铆a contra铆do al terminar los 70 con su amiga y estilista Lynn Corlett, de quien se divorci贸 en 2006 para poder unirse civilmente a su novio, Michael Simpson. Fue musa y amigo cercano de Vivienne Westwood y trascendi贸 las distinciones de g茅nero moldeando su propio cuerpo.

Resulta inquietante ver c贸mo, en una de sus 煤ltimas apariciones televisivas, declarara poco despu茅s de una nueva cirug铆a reconstructiva: 鈥淟a gente puede pensar que soy un espanto pero yo estoy muy a gusto con lo que veo. La raz贸n por la que tengo hecho maquillaje permanente es porque una de mis principales preocupaciones es saber que al morir nadie va a poder maquillarme, as铆 que al menos s茅 que cuando est茅 en la tumba voy a verme exactamente igual鈥.

Gire y siga, querida Pete Burns.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.