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Viernes, 2 de enero de 2009
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Yo, Alejandro Magno

Por Facundo Nazareno Saxe

Alejandro
Klaus Mann

El Aleph Editores.

No es otra biografía de Alejandro Magno. Ni siquiera una novela histórica, a pesar del título. El autor alemán, hijo del célebre Thomas Mann, construye una ficción contra la corriente donde Alejandro no es un personaje omnipotente ni un soberano genial. Y por supuesto, no hay ambigüedad ni bisexualidad. El monarca ama a otros hombres y el universo que construye a su alrededor es masculino. Las mujeres: madres y amigas. Ficción desmesurada, con poca o nula veracidad histórica pero con una premisa: contar la verdad de los sentimientos del autor.

Klaus Mann construyó su obra narrativa a partir de la propia biografía y no eligió borrar la presencia de la homosexualidad (como sí puede haber elegido su padre, el célebre Thomas), en toda su obra resulta imposible deslindar vida y obra. Junto a su hermana mayor Erika, fueron los símbolos de una juventud escandalosa, viajando por el mundo y viviendo de la fama del padre duro y reprimido. Ambos provocaron a la autoridad paterna y escandalizaron a la sociedad desde una actitud irreverente y libre de prejuicios. Klaus no ocultó su homosexualidad, sino que la plasmó claramente en la ficcionalización de sus amantes en obras que fueron una crónica del tiempo en el que él vivió, como puede ser, por ejemplo, su autobiografía Der Wendepunkt (Cambio de rumbo), un texto magistral en el que la vida del autor alemán es retratada con fidelidad y pasión.

Klaus nos habla de sí mismo, de su adicción a las drogas, de sus hombres. Su biografía está en la de los personajes que él reescribe, y así como la historia eligió borrar o poner en duda la homosexualidad de personajes célebres como Alejandro Magno, Piotr Tchaikovsky y Luis II de Baviera, él eligió escribir su verdad sobre la carne de ellos. Klaus Mann elige adrede narrar la verdad homoerótica de estos personajes. ¿Por qué? Porque al narrar esta verdad está validando su propia verdad, su propia mirada.

Klaus Mann eligió narrar su homosexualidad en la vida de estos grandes personajes históricos, así como en otros personajes sin correspondencia histórica. El mismo reconoce que todos sus personajes tienen contrapartidas reales.

Por eso, él no elige escribir una biografía o una novela histórica. Klaus Mann defiende la verdad de la literatura. Y en Alejandro (así como en el resto de su obra) encontramos la verdad silenciada.

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