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Viernes, 10 de enero de 2014
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Vida y obra

Historia personal del activismo feminista y lésbico

Por Mabel Bellucci *
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Ilse Fuskova, además de ser una de las más importantes referentes del lesbofeminismo en la Argentina, es una desobediente sin vuelta atrás. Su cambio entre ser una “señora de” a ser una “activista que elige su destino” se remonta hacia comienzos de la dictadura militar. Se acercó al Movimiento de Liberación Feminista (MLF), que tiempo después pasó a ser la Organización Feminista Argentina (OFA), liderada fuertemente por María Elena Oddone. Ilse recuerda la difusión que le dio el diario Buenos Aires Herald, el único medio gráfico que acompañó a los organismos de derechos humanos al publicar las listas de las personas desaparecidas, a esa minúscula agrupación feminista radical que batallaba pese a la imposición de las bayonetas. Allí, en mayo de 1978, en la contratapa apareció un pequeño recuadro que promocionaba la revista Persona, una de las primeras manifestaciones culturales y políticas de cuño feminista de los años setenta, y abajo un número de teléfono. De inmediato, Ilse llamó y del otro lado oyó la voz de Oddone. A partir de que ambas percibieron una trama en común, sus encuentros se intensificaron con el cruce de registros de las experiencias vividas. En 1982, se aceleraban los tiempos para que los militares se viesen forzados a apresurar la transición democrática. Así, grupos feministas comenzaron a salir de los escombros. Entre ellos, se constituyó Libera, un desprendimiento de OFA. Fue en este espacio donde Ilse levantó vuelo para siempre. Un año más tarde, se formó la Multisectorial de la Mujer, que representaba un abanico polifacético de referentes feministas y otras no tanto. Todas ellas se sentaban alrededor de una mesa para armar alianzas en torno de reivindicaciones específicas. Al poco tiempo, Ilse junto con Adriana Carrasco asistían en su carácter de lesbianas. Otro caso fue Lugar de Mujer, una casa de orientación feminista, autogestionada y financiada por sus integrantes. Si bien de sus entrañas salió el primer artículo abocado a la temática, “Lesbianismo: Apuntes para una discusión feminista”, escrito por Hilda Rais y presentado en la Primera Jornada Anual de ATEM - 25 de noviembre, en 1984, igualmente desconocían los grupos de autorreflexión lésbica que funcionaban intramuros. Ilse da cuenta de ello: “No nos daban un lugar para las reuniones, nos daban un lugarcito en el fondo. Nunca supe por qué tenían esa actitud de discriminarnos pero, a la vez, no se decía nada”.

Aún no pululaban lecturas profundas alrededor del tema. La llegada de la histórica luchadora española, lesbiana y comunista Empar Pineda revolucionó el mundillo del feminismo porteño. Después de haber participado en el III Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en Bertioga, Brasil, en 1985, Empar se pegó una escapada a Buenos Aires. Dio unas charlas que resultaron una bomba de radiación directa a las cabezas y a los cuerpos de nuestras locales. Repartió como souvenir una variedad de textos fundantes del feminismo lésbico traducidos al castellano. También la revista Nosotras que nos queremos tanto, publicación del Colectivo Lesbianas de Madrid. En el libro Amor de mujeres. El lesbianismo en la Argentina, hoy, escrito por Ilse Fuskova junto con Claudina Marek, en 1994, testimoniaron ese paso decisivo que dejó marcas políticas de honda repercusión en la militancia de entonces. Además, de amores encendidos entre sus groupies. A partir de ahí, comenzaron las reuniones en la casa de Ilse. Se trataba de un pequeño grupo de mujeres interesadas en el pensamiento feminista lésbico que circulaba por los ámbitos internacionales con un especial impulso por estudiar a Adrienne Rich. Fue un año de intensas reuniones semanales. De esta impronta intelectual nació el Primer Taller de Reflexión Lesbiana. Lo lanzaron en la VI Jornada Anual de ATEM - 25 de noviembre, en 1986, bajo la coordinación de Fuskova y Carrasco. Después de presentado, la repercusión fue favorable, con ganas de continuar. Nuevos bríos las llevaron por más. Así, publicaron la primera revista periódica, Cuadernos de Existencia Lesbiana. En sus orígenes tenía un corte casero, diseñado como un boletín. Ilse, al igual que otras tantas viajeras militantes de nuestra historia feminista, se ocupaba con fervor no sólo en la búsqueda de escritos de autoras prestigiosas sino también en su traducción. Además, a ellas las movilizaba una inquietud de lo más pertinente: recabar y recopilar material a partir de los testimonios en los grupos de discusión relacionados con sexualidad e identidad. Hasta 1991 salieron 16 números. Años más tarde, la editorial de Librería de Mujeres sacó una publicación prologada por Carrasco. Algo nuevo ya comenzaba a arrastrar historia, maneras abiertas de pensar y de llevar adelante la vida.

* Activista feminista queer. Autora de Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo. Capital Intelectual.

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