Ella dice ser una excepci贸n al com煤n de las chicas, porque se fue de su casa cuando quiso y porque entonces ya era 鈥渂astante grandulona鈥. Antes, en su C贸rdoba natal, Marlene Wayar hab铆a empezado a frecuentar a otras travestis y 鈥渕ariquitas escandalosas鈥 como ella, en aquellos a帽os previos a convertirse en travesti. Y como no necesitaba prostituirse, ella cuenta que no ten铆a inconveniente en enfrentar a la polic铆a mientras sus amigas, temerosas de ir presas, no dudaban un segundo en salir corriendo. Un d铆a de 1993, a Marlene la llam贸 desde Buenos Aires Nadia Echaz煤 para pedirle que fuera a secundarla en su prop贸sito de empezar a militar, desalentada como estaba al ver c贸mo la mayor铆a de sus compa帽eras de ruta en la prostituci贸n se mostraban reacias a exponerse. Marlene y Nadia se hab铆an hecho amigas en C贸rdoba y por entonces Nadia estaba queriendo abrirse de Attta, la primera asociaci贸n de travestis de la Argentina, porque no estaban de acuerdo con blanquear la cuesti贸n de la prostituci贸n 鈥揳lgo que Nadia cre铆a imprescindible鈥. 鈥淓llas, las de Attta, se conformaban con reclamar el derecho a vestirse con ropas contrarias al sexo, pero no quer铆an hablar p煤blicamente de la prostituci贸n. Pretend铆an hacerle creer a los dem谩s que eran peluqueras, que hac铆an shows, pero no quer铆an blanquear que se prostitu铆an y mucho menos hacer valer su derecho a hacerlo鈥, explica Marlene, quien hoy preside la agrupaci贸n Futuro Transgen茅rico y es miembro y cofundadora de la Red Trans de Latinoam茅rica y el Caribe 鈥淪ylvia Rivera鈥. 鈥淐on Nadia empezamos a militar de manera expl铆cita. Antes, la militancia de las travestis era apenas una serie de movimientos cat谩rticos para ver c贸mo zafaban de la polic铆a, y entonces nos propusimos conformar un colectivo y tener fuerza de impacto en la sociedad. Esto implic贸 un aprendizaje de las otras organizaciones gay-l茅sbicas 鈥攓ue contaban con herramientas que nosotras no ten铆amos鈥 y del feminismo 鈥攓ue nos ayud贸 a pensarnos como sujetas鈥. Y as铆 tratamos de hacer una s铆ntesis con nuestras propias pr谩cticas, nuestra propia identidad y nuestros propios pensamientos.鈥
De ah铆 que Marlene crea que es delicado el equilibro que existe en el discurso de las militantes trans entre la voluntad, el deseo o la b煤squeda de que cada vez menos travestis est茅n en situaci贸n de calle y puedan gozar del derecho a una vivienda y un trabajo dignos, y la defensa de aquellas que deciden prostituirse y que son una mayor铆a. 鈥淓s dif铆cil lograr un equilibrio y me parece una decisi贸n 茅tica como militantes no tomar decisiones desesperadas. En este sentido, el hecho de que las travestis seamos personas expuestas a una situaci贸n de prostituci贸n por el abandono familiar y estatal es innegable. Si vos est谩s con hambre, ten茅s que rebusc谩rtelas, y si esa opci贸n es prostituirte, nadie puede condenarte. La posibilidad de considerar la prostituci贸n como un trabajo vendr谩 reci茅n cuando nuestra condici贸n de prostitutas no sea una situaci贸n a la que nos veamos expuestas. Mientras tanto, en la medida en que todo un colectivo est谩 expuesto a una 煤nica soluci贸n como sustento vital, es imposible considerar la prostituci贸n como un trabajo.鈥
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.