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Domingo, 11 de octubre de 2009
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HOLANDA Un museo para la memoria

Recuerdos de Ana Frank

En el centro de Amsterdam, la casa donde vivi贸 refugiada la familia Frank durante la ocupaci贸n nazi fue convertida en un museo que atesora los recuerdos de Ana. Sobre todo el original de su Diario, la voz simb贸lica que no tuvieron millones de v铆ctimas del Holocausto.

Por Graciela Cutuli
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Ana Frank en una fotograf铆a de 1942, el a帽o en que empez贸 a escribir su Diario.

La estanter铆a giratoria que ocultaba durante la guerra el paso a las 鈥渉abitaciones de atr谩s鈥.

Amsterdam, 鈥渓a Venecia del Norte鈥, se hizo fama de ser la capital mundial de la tolerancia y la diversidad. Para lograrlo, recorri贸 un largo camino desde los tiempos en que era apenas un pueblito pesquero cuyos habitantes estaban obligados a pagar peaje para cruzar el r铆o Amstel: las guerras de independencia de Espa帽a y la llegada de inmigrantes de diversas religiones 鈥搇os hugonotes franceses, los jud铆os expulsados de la Pen铆nsula Ib茅rica鈥- fueron modelando una ciudad pr贸spera, alguna vez considerada como la m谩s rica del mundo. Pero la historia siempre se encarga de hacer oscilar el p茅ndulo: en 1940, cuando Alemania invadi贸 Holanda e impuso un gobierno nazi, la tolerancia qued贸 en el olvido y Amsterdam fue el escenario de persecuciones y deportaciones de las familias jud铆as. En medio de la tragedia colectiva, floreci贸 un destino individual que dio voz a millones de personas acalladas por la violencia: fue el destino de una ni帽a, Ana Frank, que antes de ver truncadas sus ilusiones de escritora dej贸 un testimonio perdurable del encierro, el miedo y la guerra. Ese testimonio tiene un homenaje permanente en la casa donde estuvo refugiada, junto con su familia, en el centro de Amsterdam.

LAS HABITACIONES DE ATRAS La Casa de Ana Frank no se visita como un lugar cualquiera. Todo el encanto de Amsterdam, con su pasado glorioso de pintura flamenca, el Museo Van Gogh y los rom谩nticos canales, de pronto queda atr谩s y cede el paso a los recuerdos que atesora la casa, tan v铆vidos como dolorosos.

El museo est谩 formado por varios sectores, empezando por 鈥渓a casa de atr谩s鈥 o 鈥渁chterhuis鈥, es decir las habitaciones que sirvieron como refugio a las ocho personas que estuvieron escondidas en la vivienda, situada sobre el Prinsengracht, un canal del oeste de Amsterdam: junto con los Frank (Ana, sus padres y su hermana Margot), los tres Van Pels (que la ni帽a llam贸 Van Daan en su diario), y Fritz Pfeffer (Albert Dussel). La 鈥渁chterhuis鈥 estaba en la parte posterior de las oficinas de Otto Frank y dio nombre a la primera publicaci贸n del Diario, llamado precisamente 鈥淟as habitaciones de atr谩s鈥. El acceso a las habitaciones secretas estaba oculto detr谩s de una estanter铆a. Durante dos a帽os, entre 1942 y 1944, este lugar fue el centro de un universo asfixiante, el 煤nico entorno de una Ana que se convert铆a en adolescente plasmando en el papel temores, sentimientos nacientes e intimidades mientras afuera avanzaba la ola nazi.聽

Este sitio, el m谩s emotivo del conjunto, se mantiene hoy casi exactamente como era en su estado original. Lo que falta son los muebles, confiscados despu茅s de la detenci贸n de los ocupantes del refugio: un vac铆o que habla por s铆 solo, transmitiendo un silencio opresivo donde lo 煤nico palpable son las ausencias. 鈥淯na vez restaurada la casa, me preguntaron si hab铆a que volver a amueblar las habitaciones. Yo dije que no. Durante la guerra se lo llevaron todo y quiero que as铆 se quede. Despu茅s de la inauguraci贸n de la casa, a algunos visitantes les llam贸 la atenci贸n la amplitud de las habitaciones. Les dije que su impresi贸n era equivocada y que no olvidaran las insoportables tensiones que hab铆a鈥, cont贸 Otto Frank.

Aqu铆 se exhiben documentos y objetos que pertenecieron a las ocho personas escondidas, muchos de ellos reunidos despu茅s de la guerra por el padre de Ana, el 煤nico sobreviviente. Hay manuscritos, materiales sobre la empresa de la familia, documentos oficiales, postales, libros, algunas cosas utilizadas en la casa durante el escondite y otras conservadas por los amigos y familiares de los Frank antes del d铆a en que se refugiaron, dejando su casa desordenada como para dar la idea de una fuga s煤bita y no premeditada.

Alguna vez, 鈥渓a casa de atr谩s鈥 corri贸 peligro de desaparecer: fue salvada en 1957, cuando se fund贸 la Casa de Ana Frank para ser convertida en museo. 鈥淟a casa de atr谩s no ha cambiado. El empapelado de las habitaciones fue renovado utilizando el mismo dibujo que el papel anterior, aunque una parte del viejo empapelado de la habitaci贸n de Ana, donde ella hab铆a pegado las im谩genes, sigue all铆, y tambi茅n son originales las partes con el mapa de Normand铆a y las rayas que indican su crecimiento鈥, cont贸 Otto Frank en 1960, cuando el museo fue finalmente inaugurado.

El a帽o pasado se llev贸 a cabo una 煤ltima restauraci贸n, incluyendo el famoso empapelado frente al cual los visitantes se conmueven viendo los peque帽os testimonios de la cotidianidad del encierro. Cuidadosamente fueron quitados pegamentos viejos y se realizaron vitrinas a medida para cada parte del papel; tambi茅n la pared de la chimenea del cuarto de Ana fue devuelta a su aspecto original, eliminando algunos agregados puestos cuando la casa se convirti贸 en museo. Hasta la foto de Sonja Henie, una actriz y patinadora ol铆mpica noruega que la ni帽a ten铆a colgada en la pared, sali贸 de los archivos y volvi贸 al lugar que ella le hab铆a elegido. As铆 lo describi贸 Ana en su Diario, en julio de 1942: 鈥淣uestra peque帽a habitaci贸n, sin nada en las paredes, ten铆a hasta ahora un aspecto bastante desolador. Gracias a pap谩, que ya antes hab铆a tra铆do toda mi colecci贸n de tarjetas postales y mis fotos de estrellas de cine, pude decorar con ellas una pared entera, peg谩ndolas con cola. Ha quedado todo muy bonito鈥.

LA CASA DE ADELANTE Tambi茅n la 鈥渃asa de adelante鈥, donde ten铆a su oficina Otto Frank y donde trabajaban sus protectores 鈥搎ue arriesgaban la vida ocultando la existencia de jud铆os a las autoridades nazis de la ocupaci贸n鈥 fue restaurada para devolverle el aspecto original que tuvo durante la guerra. Con los a帽os, lejos de disminuir su inter茅s aumenta; por eso en 1990, cuando por primera vez hubo m谩s de 600.000 visitantes, se decidi贸 emprender la restauraci贸n de esta parte de la antigua vivienda, inaugurada hace exactamente diez a帽os. En 2007, adem谩s, se cruz贸 el umbral del mill贸n de visitantes: para ellos se proyectan tres cortometrajes, que sit煤an la historia de Ana en su contexto hist贸rico y se relatan los hechos a trav茅s de las citas del Diario.

En el edificio de Prinsengracht 265, contiguo a las oficinas de Otto Frank, se expone de manera permanente el Diario original de Ana. Se trata de tres escritos en total: el 谩lbum de tapa a cuadros que comenz贸 en junio de 1942 y us贸 durante todo ese a帽o; y dos cuadernos escolares de tapa dura cuyas anotaciones se extienden hasta el 1潞 de agosto de 1944, muy poco antes de la captura. Despu茅s de tantos a帽os, los tachones, las p谩ginas arrancadas y las pegatinas o cartas incluidas le siguen dando una incre铆ble frescura y cierta tr谩gica inmediatez. Pero sobre todo, quienes los miran sienten la injusticia de que hayan durado las fr谩giles hojas, pero no haya podido sobrevivir la mano que las escribi贸.

Las anotaciones de la ni帽a fueron recuperadas por Miep Gies, una de las protectoras de la familia, cuando la casa qued贸 vac铆a. Las guard贸 durante varios meses, esperando poder devolverlas a su due帽a al final de la guerra. Pero cuando finalmente se perdi贸 toda esperanza, y se confirm贸 la muerte de Ana y su hermana en los campos de concentraci贸n, la mujer devolvi贸 los apuntes a Otto Frank. Hab铆a comenzado la larga historia del Diario, que sufrir铆a un cuidadoso proceso de edici贸n, correcci贸n y supresi贸n de algunos p谩rrafos antes de su primera publicaci贸n. Sin embargo, m谩s all谩 de las modificaciones, lleg贸 intacto en su profundidad y tristeza el testimonio de una ni帽a que desde 1945 hasta ahora, en incesantes traducciones y ediciones, sigue dando voz a las v铆ctimas del Holocausto.

DATOS UTILES

Direcci贸n: Museo de Ana Frank: Prinsengracht 267, Amsterdam.

C贸mo llegar: La Casa de Ana Frank est谩 a 20 minutos a pie de la estaci贸n central de trenes de Amsterdam. Cerca de all铆, en Westermarkt, hay paradas de tranv铆a (l铆neas 13 y 17) y 贸mnibus (l铆neas 170, 171, 172).

Entradas: Adultos (a partir de 18 a帽os) 9 euros; adolescentes (de 10 a 17 a帽os) 4,50 euros; ni帽os (hasta 10 a帽os) 0,50 euro. Se pueden comprar por Internet en el sitio聽www.annefrank.org.

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