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Domingo, 2 de febrero de 2003
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Texto y fotos:
Mariano Blejman

Viaje al pasado

Oculta bajo unas escaleritas cercanas a la Catedral, la cripta arqueol贸gica de N么tre Dame ofrece un recorrido por el pasado de la ciudad, desde la Lutecia romana al orfelinato de los horrores en el Renacimiento.

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Una vista de la cripta arqueologica de Parvis N么tre-Dame, con el subsuelo hist贸rico de la ciudad.
Es una paloma, pero podr铆a ser un cuervo. Acaba de posarse sobre el pil贸n de ingreso a la cripta, a cien metros de N么tre Dame de Par铆s y parece observar c贸mo pasan las 谩nimas viajeras por sobre los restos de su ciudad. El ave custodia los restos de la historia enterrada en el medio de la Ile de la Cit茅, unas escaleritas bajo la inmensa Catedral que parecen algo as铆 como la antesala del Infierno.
El pasado se desordena cuando sus piezas fueron olvidadas y un d铆a reaparecen. Eso sucedi贸 en la cripta arqueol贸gica de N么tre Dame, excavada en 1965 y abierta al p煤blico en 1980.
El techo es bajo y macizo, e incita a meter la cabeza entre los hombros. Unas dicroicas alumbran restos de roca. 驴C贸mo diferenciar todo esto? Salas galo-romanas, muros del 300 d.C., rezagos de un subsuelo de la capilla del H么tel-Dieu, restos medievales de la calle Neuve N么tre-Dame, marcas de la fundaci贸n del Hospice des Enfants-Trouv茅s, trastos de las alcantarillas del arquitecto Haussmann. Teniendo en cuenta que Par铆s se fund贸 a fines del siglo III a.C. por una tribu galo-c茅ltica conocida como Parisii, se trata, por lo menos, de 2300 a帽os encapsulados en medio de la modernidad.

De Lutecia en adelante Al caminar en la cripta hay que usar un verdadero poder de imaginaci贸n para comprender que aqu铆 existi贸 una ciudad llamada Lutecia, de un inmenso poder econ贸mico en 茅poca galo-romana, favorecida por el paso del Sena. Es probable que a pasos de aqu铆 hubiera un puerto en la misma 茅poca en que nac铆a Cristo. Lo que se ven son restos de los terraplenes de trescientos a帽os despu茅s, donde se concentr贸 la plebe ante las invasiones germ谩nicas; los trazos de una puerta, probable v铆a principal de la ciudad sobre la rue Saint-Jacques y, en el centro mismo de la cripta, restos de dos casas galo-romanas de la 茅poca del Alto Imperio que pertenecieran a personas notables de la ciudad.
Los investigadores piensan que la parte superior de una de las viviendas fue sellada por el fuego. Encontraron muchos objetos quemados o machacados, y una pieza de bronce con el nombre de Otacilia Severa, datada del a帽o 246 d.C. En el centro de la cripta, a煤n hoy, el bronce se conserva en la vitrina. Se trata de un personaje con una copa en la mano derecha y un cuerno de la abundancia en la izquierda. La segunda casa, en tanto, tambi茅n es de la 茅poca del Imperio Romano, hacia el siglo V. Sus constructores reutilizaron algunos muros de la primera. Su due帽o ocup贸 tambi茅n un lugar notable, se deduce, por el sistema de calentamiento solar y ciertas piezas que pertenecieron a termas privadas.

Sin pisar Al rato de hacer de hombre-topo, uno comienza a acostumbrarse a los detalles. Como quien observa en la oscuridad el tiempo suficiente para que los ojos se vuelvan m谩s profundos. Aunque, claro, sigue siendo necesaria la ayuda de alguien que entienda los signos de anta帽o. Se camina por la rue Neuve N么tre Dame, cuyo trazado se puede observar en el suelo de la cripta, diez metros por debajo del nivel actual. Es la calle que tuvo que crear Maurice de Sully en 1163 para transportar materiales para la Catedral. Ten铆a a ambos lados casas fastuosas, destruidas por la llegada de otras casas ya no tan ostentosas, pero a煤n subsisten rezagos de sus s贸tanos. Como la del Agnus Dei o la de Saint-Victor, perturbada por la construcci贸n de un pilar que sirvi贸 para fundar el H么tel-Dieu, en el borde sur hacia el siglo XIX.
Aqu铆 reaparece todo, como quien usa una c谩mara de fotos cuyo obturador ha permanecido abierto durante miles de a帽os. La iglesia Sainte Genevi猫ve des Ardents, por ejemplo, se llam贸 antiguamente N么tre Dame la Petite. Y fue un milagro datado en 1129 lo que le dio su nombre definitivo: aqu铆 llegaban los enfermos del 鈥渕al de los ardientes鈥 provocado por el ergotismo, un envenenamiento producido por el centeno, que explotaba entre convulsiones, gangrena y disturbios ps铆quicos. Gracias a la santa Genevi猫ve, quien por entonces todav铆a era mortal, los enfermos se curaron a excepci贸n de tres incr茅dulos, que siempre los hay. La iglesia fue destruida reci茅n en 1748. Hoy, est谩n los restos de su fundaci贸n. La historia del 鈥淗ospicio de los Ni帽os Encontrados鈥 (l鈥橦ospice des Enfants-Trouv茅s) se lleva el primer premio a la mala fe: en 1552 se fund贸 una casa destinada a ubicar beb茅s abandonados en las cercan铆as de N么tre Dame, al parecer una costumbre de la 茅poca. La posada, al comienzo de fuerte vocaci贸n caritativa, fue r谩pidamente capturada por los fuegos dantescos de Alighieri: los ni帽os volv铆an a ser arrojados a la calle o se vend铆an en la rue Saint-Landry a saltimbanquis o mendigos profesionales, al parecer otra costumbre de la 茅poca. El hospicio, situado en el norte de la rue Neuve N么tre-Dame se destruy贸 en 1877. S贸lo en la cripta subsisten trazos de aquel horror.

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