Partimos desde la ciudad de La Rioja y, al costado de la RN 38, un altar con decenas de estandartes rojos en honor al Gauchito Gil 鈥揺se Robin Hood correntino decapitado en el siglo XIX鈥 queda atr谩s como presagiando el color que m谩s tarde se impondr谩 por unanimidad en el paisaje. Avanzamos hacia el sur, en paralelo a la Precordillera de los Andes, por la RN 38 hasta Patqu铆a, donde tomamos la RN 74 con rumbo noroeste. Ahora la gran cadena de monta帽as se nos aparece de frente y parece atraer al veh铆culo con un fuerte magnetismo. Enseguida se perfila la formaci贸n Los Colorados, con sus monta帽as de un intenso rojo cercano al carmes铆. El contraste del rojo con el verde de otras monta帽as y el celeste de un cielo l铆mpido son un buen resumen del casi siempre 谩rido pero muy colorido paisaje riojano.
鈥淪i te sorprende este paisaje, imaginate lo que es esto en invierno despu茅s de una nevada, cuando se suma el color blanco de la nieve acumul谩ndose sobre los cardones como un gorrito鈥, comenta el gu铆a, que a pesar de los a帽os que lleva haciendo este trayecto asegura disfrutarlo como la primera vez. Mientras tanto, de a poco nos acercamos a Los Colorados, que de lejos se asemejan a las murallas de una ciudad medieval. Y el agua de las recientes lluvias acent煤a el color intenso de la arcilla, encendida como fuego rojo con los rayos solares del mediod铆a.
Al dejar atr谩s Los Colorados se levanta de repente la inmensidad del cerro Famatina y sus nieves eternas, que producen una explosi贸n blanquecina en las cumbres nevadas. La paleta del invisible pintor de los paisajes riojanos colorea ahora el terreno con un suave color rosa junto a la ruta, donde crecen el retamo, la jarilla, el cha帽ar y el algarrobo. Por la ventanilla van desfilando antiguas estaciones abandonadas del Ferrocarril General Belgrano, hombres a caballo, casas con horno de barro y los pueblos de Vichigasta y Nonogasta. All铆 la RN 74 se termina en el cruce con la RN 40, donde se puede doblar a la izquierda para recorrer la Cuesta de Miranda, o seguir de largo por la misma 40 hacia el norte rumbo a Chilecito. Lo recomendable es tomar esta segunda opci贸n y dejar la Cuesta de Miranda para despu茅s. En Chilecito se puede almorzar, y luego visitar los restos de un antiguo cable carril.
UNA MINA DE ORO A principios del siglo XX se vivi贸 en Chilecito una 鈥渇iebre del oro鈥 cuyo testimonio emblem谩tico es un cable carril abandonado con nueve estaciones, la primera de ellas en las afueras de la ciudad. El costoso sistema fue construido en 1905 por una compa帽铆a inglesa y represent贸 una obra de ingenier铆a muy avanzada para la 茅poca, que trasladaba el oro y la plata en bruto extra铆dos en lo alto del Cord贸n del Famatina. Por entonces recorr铆a 35 kil贸metros, en los que ascend铆a 3510 metros, y ten铆a 262 torres.
Hoy en d铆a, en la Estaci贸n N煤mero 1 se pueden ver las sofisticadas y ya obsoletas estructuras de hierro con los mecanismos y motores oxidados que pon铆an en funcionamiento el cable carril para subir y bajar las 650 vagonetas, que transportaban 250 kilos de mineral cada una. El cable carril funcion贸 hasta 1920, cuando se cerr贸 la mina. En la antigua estaci贸n se visita tambi茅n el Museo de la Miner铆a, un edificio con l铆neas coloniales que alberga libros, documentos iconogr谩ficos, planos, herramientas, vestimenta, antiqu铆simos aparatos telef贸nicos, cuadernos y un centenar de fotograf铆as que atestiguan la vida de los obreros que trabajaron en el lugar, algunos de los cuales dejaron su vida en las profundidades de la monta帽a.
Por momentos, la Cuesta de Miranda es un angosto camino encerrado entre paredones rojos.SUBIENDO LA CUESTA A media tarde se puede abandonar Chilecito para desandar una parte del camino ya recorrido por la RN 40 hasta Nonogasta, doblando por esa misma ruta hacia el oeste rumbo a la Cuesta de Miranda, que comienza a 11 kil贸metros del cruce. Si bien no est谩 asfaltada, se encuentra en muy buen estado y se puede transitar con auto com煤n (son apenas 10 kil贸metros). Una vez adentrados en la cuesta comenzamos a subir bordeando el r铆o Miranda, a medida que aparecen los primeros cardones con brazos de candelabro. El paisaje recupera su verdor gracias al r铆o, y en ciertos lugares crecen altos 谩lamos, sauces y nogales.
En varios puntos de la Cuesta de Miranda detenemos el auto para tomar unas fotos, envueltos en el aroma de la jarilla. Al frente se despliega un gran valle de s贸lo dos colores: el verde y el rojo, que reaparecen con su m谩xima intensidad. A esta altura, los cactus ya forman multitud y parecen un ej茅rcito bajando del cerro en ca贸tica formaci贸n. Y al fondo de una profunda quebrada, el r铆o se pierde caracoleando en la lejan铆a.
El paseo sube y baja seg煤n los caprichos del relieve, y cada tanto aparecen algunos terrones derrumbados sobre la ruta, mientras el camino se funde en el rojo arcilloso de la monta帽a. Junto a la ruta aparece, sobre un peque帽o cerro colorado, otro altar pagano, esta vez dedicado a la Difunta Correa. Un detalle que agrega misterio al desolado paraje, a la vez que un cartel advierte: 鈥淪i no cre茅s, no sub谩s鈥.
Los precipicios ya superan los 200 metros de altura y el paisaje enrojece al m谩ximo. Finalmente arribamos a un mirador llamado 鈥淏ordo atravesado鈥, a 2020 metros sobre el nivel del mar, el punto m谩s alto de la cuesta y donde se acaba el asfalto por un trecho de 10 kil贸metros. Aqu铆 surgen dos alternativas para seguir viaje. Una es continuar por la RN 40 un total de 57 kil贸metros hasta Villa Uni贸n, para usar esa ciudad como base para visitar destinos como el Parque Nacional Talampaya, el Parque Provincial Ischigualasto en San Juan, el Parque Provincial El Chifl贸n y la Reserva Natural Laguna Brava. La otra alternativa es ir a dormir a Chilecito y valerse de esta ciudad como base para hacer excursiones en 4x4 a las minas de metales preciosos abandonadas en la zona, llamadas El Oro y la Mejicana.
En nuestro caso, dimos la vuelta en U en el punto m谩s alto de la cuesta para regresar a La Rioja capital. Y a la hora de viaje, el conductor nos lanz贸 una pregunta sin darnos tiempo a arriesgar la respuesta: 鈥溌縑ieron qu茅 silenciosamente se desliza el auto? Ya casi hemos desandado la cuesta completa a una velocidad de 80 km/h, y todav铆a no he encendido el motor鈥漽
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