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Domingo, 19 de febrero de 2012
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El molino Nant Fach en Trevelin

Harina de costal gal茅s

Un antiguo molino harinero donde se entrecruzan las historias de la convivencia amistosa entre tehuelches y galeses, el colonialismo de la corona inglesa, la guerra de Malvinas y la visita de Lady Di a la Patagonia. Un singular museo de la comarca cordillerana chubutense donde todo funciona y se produce harina para la venta.

Por Juli谩n Varsavsky
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La casa de la familia Evans, a metros del molino hist贸rico de Trevelin.

En las afueras de Trevelin, el pueblito m谩s gal茅s de la Comarca de los Alerces, lo primero que llama la atenci贸n al acercarse al molino Nant Fach es la arquitectura en madera de una casita rodeada de tulipanes donde la familia Evans vive en plena inmensidad patag贸nica. Un ambiente de cuento de hadas. Unos metros m谩s adelante, cruzando un puentecito sobre un arroyo, se llega al molino, donde una sofisticada tecnolog铆a de madera movida por un curso de agua funciona como un gran juego de encastres.

All铆 nos recibe Mervyn Evans, un descendiente de galeses que se cri贸 a 10 kil贸metros del lugar, en un espacio de juegos que era un molino abandonado cuyos mecanismos estudi贸 al detalle por el simple acto de jugar. Su familia luego vendi贸 esas tierras pero Mervyn Evans, ya adulto, compr贸 parte de los restos de un viejo molino y construy贸 uno en su nueva chacra por pura nostalgia. Ahora el molino atrae viajeros y produce harina.

Evans en persona ofrece la visita guiada por la historia del molino que marc贸 su vida y la de varias generaciones de galeses en la Patagonia. La primera explicaci贸n es que Trevelin significa 鈥減ueblo del molino鈥 en gal茅s: y si bien hoy este es el 煤nico molino que existe en la zona, hace alrededor de un siglo la industria harinera florec铆a al impulso de los galeses que llegaron a fines del siglo XIX, que se las ingeniaron para plantar trigo en medio del desierto patag贸nico.

Las viejas maquinarias de campo que serv铆an para cosechar el trigo.

CULTURA MOLINERA En tiempos de esplendor harinero lleg贸 a haber una veintena de molinos artesanales y dos industriales, motores de una econom铆a y una cultura del trabajo alrededor del trigo que fue destruida con la llegada del tren a mediados del siglo XX.

El problema fue que con el tren llegado desde Bah铆a Blanca la empresa Molinos R铆o de la Plata, del grupo Bunge y Born, comenz贸 a enviar harina a la Patagonia a precio de dumping (m谩s barato que el trigo local) con el objetivo de quebrar la competencia patag贸nica organizada en cooperativas. Esto les permiti贸 comprar los principales molinos a precio de ganga, para luego desguazarlos y enviar sus piezas a Buenos Aires.

El molino de Trevelin fue rearmado por Mervyn Evans con fervor de ni帽o, encastrando pieza por pieza su gran juguete. Y ahora, delante de todo el mundo, se da el gusto de accionar una simple palanca que pone la maquinaria en funcionamiento. El curso de un arroyo se corre entonces unos cent铆metros y comienza a mover una gran rueda, haciendo vibrar el edificio completo de dos pisos, en cuyo interior la fricci贸n de dos rocas produce una harina fin铆sima (200 kilos en ocho horas).

En una pared interior del molino cuelga una foto de 1920 donde se ven once carros tirados por caballos que recorr铆an 1000 kil贸metros desde Esquel a Santa Cruz, llevando harina en un viaje que entre ida y vuelta duraba unos cuatro meses.

Dentro del edificio est谩 ambientada tambi茅n una antigua casa galesa de la Patagonia, con su mobiliario y decoraci贸n. All铆 se ve, por ejemplo, una Biblia en gal茅s tra铆da por el bisabuelo de Mervyn Evans. En la pared cuelga una foto de 1946 tomada en Gaiman, un pueblo cercano a la costa chubutense, durante un homenaje que les hicieron los galeses a los tehuelches por la ayuda recibida tras su precaria llegada en barco.

Entonces Evans relata una an茅cdota del momento en que Francisco Chiquichano 鈥揾ijo del cacique Chiquichano鈥 les dijo a los galeses que ellos no eran cristianos, a pesar de ser europeos. Sorprendidos, los galeses le aclararon que s铆 lo eran. A lo que el tehuelche respondi贸 que no pod铆a ser: 鈥淯stedes nos tratan bien, no nos matan como los cristianos. Ustedes son galeses y ellos cristianos鈥.

En otro marco cuelga una foto de Madryn Evans, t铆o abuelo de Mervyn, un ni帽o de ocho a帽os que en 1904 jugaba en el fondo de su casa cuando fue devorado por un puma.

El molino Nant Fach en plena acci贸n: tal como anta帽o sigue funcionando hoy.

LA MUSICA Los galeses tienen una larga tradici贸n musical de influencia celta, y en el molino se exhiben algunos instrumentos que usaron en la Patagonia. Por un lado hay un armonio de 1926 junto a una pianola Breyer con rollos de papel perforado, que ya no funciona de manera autom谩tica pero s铆 manual. Sobre ella descansan los rollos de la Sonata Op. 46 de Beethoven, una Danza H煤ngara de Brahms y un tango ya sin nombre. Evans toca unas notas en la pianola y luego se sienta al teclado de un 贸rgano a pedal para digitar un arpegio gal茅s.

De repente nuestro anfitri贸n interrumpe la m煤sica y pregunta qu茅 creemos nosotros que ven铆an a buscar los galeses a la Patagonia. 鈥淭ierras鈥, dice alguien, pero Evans responde que se trataba de algo m谩s importante todav铆a: 鈥淟a libertad鈥. Ocurre que el peque帽o pa铆s de Gales fue invadido en 1282 por los ingleses, quienes degollaron y decapitaron al 煤ltimo pr铆ncipe de Gales, llamado Llywelyn. La mujer del pr铆ncipe, embarazada, muri贸 al dar a luz una ni帽a, que fue encerrada en un convento a perpetuidad para asegurarse de que no hubiera descendencia real.

Los galeses, a煤n sojuzgados, le aclararon a la corona inglesa que no aceptar铆an ning煤n pr铆ncipe nacido fuera de Gales ni que hablara ingl茅s, y adem谩s el elegido no deb铆a haber cometido nunca un pecado. Dadas las circunstancias, el rey de Inglaterra envi贸 con tiempo a su esposa a Gales antes de parir un hijo, dando a luz as铆 a un pr铆ncipe que ser铆a un gal茅s que no hablaba ingl茅s y estaba libre de pecado.

Durante la Revoluci贸n Industrial 鈥揷uenta Evans鈥 los ni帽os galeses sufrieron la explotaci贸n del floreciente capitalismo, ocup谩ndose de ingresar con apenas 8 a帽os a las peque帽as cuevas de carb贸n donde solamente ellos cab铆an. Naturalmente, mor铆an en accidentes o de problemas respiratorios pocos a帽os despu茅s. El idioma gal茅s, por otra parte, estaba prohibido en la ense帽anza escolar y al no ser anglicanos tambi茅n sufr铆an persecuci贸n religiosa. Fue en ese contexto que dos comunidades de galeses emigraron a la Patagonia, buscando aires de libertad en alg煤n lugar donde no se escuchara hablar ingl茅s. All铆 se encontraron con los tehuelches, a quienes no trataron como los ingleses a ellos, sino todo lo contrario: y para que no queden dudas del afincamiento argentino de los descendientes de galeses, Evans agrega que Maradona es 铆dolo m谩ximo tambi茅n en Gales, sin que haga falta aclarar por qu茅.

La charla deriva en el presente y la guerra del Malvinas, donde soldados argentinos de origen gal茅s que cumpl铆an el servicio militar terminaron enfrent谩ndose en las islas a mercenarios de la Compa帽铆a Galesa, que ven铆an formados justo detr谩s de los gurkas y los escoceses. 鈥淟ady Di, princesa de Gales, era una princesa trucha鈥, agrega Evans, asegurando que fue literalmente ignorada por la comunidad galesa cuando viaj贸 a la Patagonia, ya que tom贸 el t茅 con tortas galesas en el local de una familia de origen espa帽ol.

Hoy en d铆a, la mayor铆a de los visitantes del molino Nant Fach termina sus tardes tomando un t茅 con tortas 鈥搈uy pero muy galesas鈥 en el vecino pueblo de Trevelin.

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