Fotos de Lorena L贸pez
Caminamos y nuestros pasos hacen crac crac sobre el ripio de estas calles silenciosas e impecables. Alguien pasa en bicicleta y nos saluda con una sonrisa. Al fondo del boulevard se destaca la iglesia centenaria y de imponente belleza, con sus vitrales tra铆dos de Alemania y su altar de m谩rmol de Carrara. Fue construida por los primeros colonos, que eran alemanes del Volga llegados 鈥揷omo tantos inmigrantes- buscando un mundo mejor. Estamos en Santa Anita, en la provincia de Entre R铆os, un pueblo de 2000 habitantes hist贸ricamente dedicado a la producci贸n rural y que desde hace unos a帽os apuesta al turismo recibiendo visitantes que buscan naturaleza, tranquilidad, descanso y hospitalidad.
鈥淓l INTA concibe al turismo como una alternativa de diversificaci贸n para las familias rurales que, adem谩s de posibilitar un ingreso extra, abre un universo de oportunidades, de v铆nculos, intercambios y aprendizajes. Por eso junto a una red de instituciones p煤blicas estamos promoviendo la Ruta del Turismo Rural en el Corredor del R铆o Uruguay鈥, resume Bernardita Zeballos, coordinadora del itinerario. 鈥淓l turista puede alojarse en una casa de campo, degustar comidas con aroma y sabor bien casero, conocer y compartir tareas de campo鈥 o simplemente descansar mirando un cielo estrellado鈥, describe. Y as铆 comienza nuestro recorrido por Santa Anita.
COSECHAS Y PLANTITAS Un museo pero a cielo abierto. Un museo pero donde las m谩quinas funcionan. Un museo que se transforma en pista de baile鈥 Es que en verdad estamos en el predio de cuatro hect谩reas donde cada diciembre tiene lugar la Fiesta Nacional de la Trilla, ocasi贸n en que se realizan las labores de la tierra como se hac铆an 鈥渁ntes鈥. 鈥淎ntes鈥 quiere decir cuando hab铆a caballos en vez de m谩quinas, y las bolsas de lo recolectado se cos铆an a mano. 鈥淪e emula la cosecha de la 茅poca de nuestros abuelos鈥, cuenta Lucas Schmidt, director de Cultura y Turismo de Santa Anita. 鈥淵 toda la maquinaria que se ve aqu铆, ese d铆a se pone en marcha y funciona鈥, dice mientras se帽ala antiguos tractores, cosechadoras y hasta una segadora de 1889 que fue la primera que 鈥渢ecnific贸鈥 al campo, ya que su trabajo reemplazaba el de cinco hombres con guada帽a.
鈥淓l d铆a de la Fiesta es una celebraci贸n a lo grande, porque est谩n todas las m谩quinas en funcionamiento, se baila m煤sica alemana, se comen cosas t铆picas de la colonia y hasta hay gente vestida de 茅poca鈥, relata con orgullo Andr茅s Buet, uno de los art铆fices del evento, conductor de varias de estas m谩quinas y creador de la 鈥渕oto m谩s rara del mundo鈥, que va a paso de hombre y hasta tiene 隆cenicero! Lo cierto es que en cada edici贸n vienen m谩s turistas a esta fiesta multitudinaria y durante el a帽o son muchos los que se acercan a este predio que funciona como una especie de museo donde se puede apreciar maquinaria construida hasta la d茅cada del 鈥50. 鈥淟a Fiesta de la Trilla es un momento para el recuerdo, para el asombro y para la emoci贸n鈥, concluye Buet, mientras posa al lado de un Lanz Bulldog, tractor alem谩n sobre cuyo modelo se construy贸 el m铆tico Pampa que tanto trabaj贸 el suelo argentino.
Nuestro recorrido sigue en el vivero de Marisa y su esposo, donde producen plantas ornamentales, arom谩ticas y medicinales que es posible comprar en una bella maceta de dise帽o. 鈥淭rabajamos bajo el sistema agroecol贸gico y de buenas pr谩cticas, sin uso de qu铆micos de ning煤n tipo鈥, explican con una sonrisa mientras recorremos los caminitos entre las plantas de un lugar hiperprolijo, fresco y ordenado. 鈥淎dem谩s, al visitante le damos una serie de recomendaciones sobre el cuidado de la plantita que llevan, para que se adapte al lugar de vivienda y crezca fresca y saludable鈥. Actualmente est谩n comenzando a producir 谩rboles frutales adaptados a la zona y semillas para ampliar su oferta de productos.
鈥淒esde INTA trabajamos con el municipio para generar acciones que mejoren la calidad de vida de los habitantes de la comunidad, como la promoci贸n de la oferta tur铆stica鈥, explica Claudia Curr贸, coordinadora del proyecto Apoyo al Desarrollo Local de Santa Anita. 鈥淪e promovi贸 la integraci贸n de productores y emprendedores en un grupo Cambio Rural y la inclusi贸n del destino en la Ruta de Turismo Rural de Entre R铆os. Santa Anita es un pueblo con habitantes orgullosos de su cultura rusoalemana, que posee un gran atractivo para el turista por su tranquilidad, seguridad y oferta de actividades en la naturaleza鈥.
PESQUE, PAGUE, DISFRUTE La gran apuesta de Santa Anita es el balneario y camping municipal: un predio de ocho hect谩reas atravesado por el arroyo Ca帽ada Grande, que fue forestado con 600 谩rboles para garantizar belleza esc茅nica y sombra para hacer un asado o un picnic. Pero adem谩s de estas caracter铆sticas cl谩sicas de un camping vale destacar que se construy贸 un playa artificial alimentada con agua de pozo profundo y arena suave, donde es posible pasar el d铆a en una suerte de pileta al aire libre y hasta con una secci贸n de poca profundidad pensada para los chicos. Tambi茅n hay restaurante, provedur铆a, cancha de f煤tbol y beach voley.
El otro gran atractivo es el sistema de 鈥減esque y pague鈥, que se realiza en lagunas artificiales creadas para la pesca deportiva. 鈥淪e puede traer el propio equipo de pesca o alquilarlo aqu铆 y tambi茅n se ofrece el servicio de faena y de guardado hasta que el turista se va鈥, detalla Alberto Kloster, secretario de Desarrollo Local de Santa Anita y amante de la pesca. As铆, el visitante puede pescar todo el d铆a, consumir lo que pesc贸 o -si pesc贸 demasiado- no llev谩rselo. Eso va en la elecci贸n de cada uno. Se paga por kilo de lo pescado. Las especies que hay son pac煤, dorado, surub铆, boga y tilapia. Lo interesante es que adem谩s de la actividad recreativa, el municipio est谩 impulsando un proyecto de piscicultura para que la gente interesada pueda replicarlo en sus establecimientos. 鈥淓s una linda actividad, tambi茅n para los chicos y para las personas que reci茅n se inician en la pesca o tienen ganas de hacerlo de forma recreativa鈥, destaca Kloster.
Despu茅s del recorrido ya nos est谩n esperando con el almuerzo, que ser谩 pac煤 con 鈥渂atata zanahoria鈥, una variedad de color y sabor dulce intenso muy cultivada en la zona y especialmente utilizada en las comidas t铆picas de los alemanes del Volga. Antes de llegar al restaurante pasamos por la huerta org谩nica -que tambi茅n est谩 dentro del balneario- para cosechar nuestras propias lechugas y achicorias que complementar谩n la comida. Y despu茅s de todo eso, una bella siesta para luego hacer una recorrida por el campo. En fin, el cierre de un d铆a de descanso ideal.
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