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Domingo, 15 de febrero de 2004
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TURISMO ACTIVO Excursiones en canoa y kayak

Boga, boga, canoero

Los numerosos ríos, lagos y arroyos del país ofrecen sus aguas para todo tipo de actividades náuticas. Pero entre las diversas modalidades de embarcaciones, nada iguala el silencio y la placidez de navegar sin prisa a bordo de una canoa. Del Delta del Tigre y el arroyo Chapaleofú en Tandil, al Parque Nacional Tierra del Fuego, tres propuestas de excursiones turísticas a remo para inexpertos.

Por Julián Varsavsky
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En Tierra del Fuego, paseos en canoa recorriendo los lugares por donde navegaban los yámanas.
El Delta del Tigre, ese laberinto de ríos y arroyos que fluyen mansamente entre las islas, puede ser abordado de múltiples maneras, siempre por agua. Por un lado están los habitués, que lo hacen en su propia embarcación a motor. Los visitantes ocasionales, en cambio, recurren a las tradicionales lanchas colectivas, mientras que los aventureros prefieren desplazarse en canoa o kayak, ganando así una libertad de movimientos que les permite explorar palmo a palmo la inabarcable complejidad del Delta. Quienes no posean una canoa propia o no sean socios de un club de remo, pueden contratar alguna de las excursiones que se ofrecen para hacer este tipo de paseos. Una posibilidad es combinar trekking con una modalidad relativamente nueva de kayak, conocida como “sit-on-top”, más sencilla de maniobrar que un kayak deportivo y con la ventaja de que es muy difícil que se dé vuelta. Al ser huecas y de plástico, las embarcaciones son muy livianas y se desplazan con velocidad sin el más mínimo esfuerzo. Hay embarcaciones dobles para los miedosos, pero la mayoría elige siempre la individual. La sensación de avanzar es de sumo placer y muy silenciosa, con las gotas de agua mojando los brazos entre paleada y paleada.
Uno de los circuitos guiados para remar por el Delta comienza en el arroyo Fulminante –también conocido como Gambado–, hasta llegar a una playita de uso libre llamada Cabo Blanco, que es la preferida de los remeros. En esta playa ubicada sobre el río Sarmiento hay una barra donde se sirven jugos y minutas. Normalmente, durante la parada de 40 minutos se juega al vóley y se nada un rato. El paseo continúa por el Canal Buenos Aires, muy angosto y con selva en galería por sobre la cabeza del navegante. En total son 5 kilómetros de recorrida que se realizan sin esfuerzo en dos horas y media, incluyendo la parada en la playa. El precio es de $40, con un refrigerio. Si el día está fresco –o si el cliente lo desea– se puede suplantar el baño en la playa por un trekking en medio de un monte con árboles y lianas.
Una alternativa es realizar la misma excursión durante las noches de luna llena, iluminando el río con cascos-linterna. Al llegar a la playa en la noche se enciende un fogón y los aventureros juegan al freezbe –ese disco que se lanza por los aires–, que en este caso tiene la particularidad de ser luminoso como un plato volador.
n El precio de la excursión nocturna también es de $40.
n Más información y reservas:
Nautical Escapes, Tel. 4728-2865 Cel. 15-5110-1681
n Internet: [email protected] Sitio web: www. nauticalescapes.com

En arroyos de Tandil. Una de las propuestas más originales de turismo de aventuras que se puede realizar en Tandil es una travesía en canoa por el arroyo Chapaleofú. Este arroyo de aguas cristalinas es muy manso y en muchos lugares la canoa de fibra de vidrio roza el fondo arenoso. Lo asombroso de esta travesía es que el arroyo caracolea por sectores muy vírgenes de la pampa bonaerense, y a medida que se avanza se pueden ver centenares de aves huyendo espantadas ante la inusual presencia de humanos en la zona.
La travesía comienza en el Puente de Hierro, a 35 kilómetros de la ciudad. Todo parece un tranquilo paseo por la naturaleza hasta que la canoa se interna de lleno entre una vegetación semi-selvática. A los costados hay pequeñas barrancas, y llegado cierto punto una serie de árboles caídos no permiten avanzar, por lo cual hay que llevar unos metros la canoa a cuestas para superar los obstáculos.
Aunque en teoría el atractivo principal de la salida es el remo, rápidamente el paseo se convierte en una excursión de avistaje de pájaros y fauna en general. Las sugestivas pisadas de los carpinchos en la ribera delatan la omnipresencia de estos simpáticos y esquivos mamíferos, difíciles de ver. Pero las que sí aparecen cada vez en mayor número son las aves: Bandadas de bandurrias, el chiflón –una especie de garza gris—, el cuervo de la cañada –otra zancuda de color negro y pico curvo–,chajáes, benteveos e incontables patos con sus patitos siguiéndolos en fila india. Durante la travesía, el arroyo se abre en varios ramales separados por pequeñas islas muy tupidas. En una de ellas asoma por fin el buscado carpincho que en un instante desaparece entre unos pajonales.
Luego de recorrer 12 kilómetros se llega al Puente San Antonio, meta final de este viaje.
n La excursión cuesta $40 por persona (mínimo cuatro) y en caso de que sea en base doble, el precio es de $50 cada uno.
n Más información y reservas: Jorge Michia, Tel. 02293-430522 15-582475 15633491. E-mail: [email protected]

Canoas del fin del mundo. Una de las mejores formas de recorrer el Parque Nacional Tierra del Fuego es en un paseo que combine trekking con canotaje. Algunas de estas excursiones comienzan recorriendo a pie la senda costera del parque, donde se observan acumulaciones circulares de restos de moluscos que demarcan la ubicación de las antiguas chozas de los yámanas, habitantes originales de esta zona de la isla. Los yámanas eran canoeros nómades que pasaban la mayor parte de su tiempo navegando. Luego de tres horas de caminata se llega al Lago Roca donde se inicia el paseo en canoa por los mismos sectores que transitaban los yámanas y se desemboca en el río Lapataia. En el trayecto se pueden ver los ejemplares más representativos de la avifauna autóctona: el pato vapor, el ostrero negro, el cauquén, los biguás, las bandurrias y el albatros de ceja negra, cuyas alas extendidas alcanzan los dos metros de ancho. En cierto lugar hay un salto de agua que obliga a salir del curso de agua y transportar las canoas al hombro unos 50 metros. El agradable paseo continúa por el Canal de Beagle y culmina en la Bahía de Lapataia, donde un significativo cartel advierte sobre la verdadera dimensión del lugar donde se desembarca: “Aquí termina la ruta nacional 3. Buenos Aires 3063 km. Alaska 17.848 Km”. Un poco más allá, se termina el mundo.
En el Lago Escondido, ubicado en los alrededores de Ushuauaia, también hay circuitos organizados de canotaje que incluyen un paseo en 4x4 por algunos de los paisajes más bonitos de la Isla Grande. La salida es de todo el día y recorre en primer lugar la Ruta 3 a través de la cordillera fueguina hasta llegar al Paso Garibaldi, desde donde se ven en todo su esplendor los lagos Escondido y Fagnano. La travesía continúa en la 4x4 hasta el Lago Escondido, donde se rema una hora cruzando el espejo de agua de lado a lado para luego bordearlo en todo su perímetro. El agua es verde, muy tranquila y con una transparencia que permite ver el fondo de rocas. Pero lo más asombroso es el contexto montañoso que rodea al lago, con árboles de coihue al pie de sus faldeos. En total se reman unos cuatro kilómetros hasta la Hostería El Petrel, aunque si sobran las energías se puede seguir unos tres kilómetros más.
n La excursión completa cuesta $170.
Más información y reservas: empresa de turismo de aventuras Nunatak. E-mail: [email protected] [email protected] Sitio web: www.nunatakadventure.com

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