Grutas prehist贸ricas
Dice un refr谩n que 鈥淔rancia es el pa铆s del mundo donde mejor
se come鈥, y la Dordogne es la regi贸n de Francia donde mejor se
come. Por lo tanto 鈥渓a Dordogne es la regi贸n del mundo donde mejor
se come鈥. Durante la visita habr谩 m谩s de una oportunidad
de comprobarlo, ya que la bonne ch猫re es un orgullo muy cierto de estos
pueblos del sudoeste franc茅s, donde hoy parece lejana la extrema pobreza
que se viv铆a durante el siglo XIX. Los campesinos de aquella 茅poca
sobreviv铆an apenas gracias al trabajo de la tierra y las abundantes casta帽as:
la historia de Jacquou le Croquant, un pobr铆simo labrador que encabez贸
una revuelta contra los nobles de la regi贸n, es todav铆a uno de
los emblemas de la Dordogne y el P茅rigord, aunque haya sido s贸lo
un personaje novelesco.
Hoy d铆a, el panorama es otro. El valle de la Dordogne avanza entre acantilados
calc谩reos donde brotan los bosques de casta帽os, s贸lo interrumpidos
por granjas, arroyos y grutas donde los hombres primitivos dieron rienda suelta
a su arte. El pueblo de Les Eyzies est谩 inmerso en este paisaje, y oculta
en los alrededores una extraordinaria riqueza prehist贸rica. En los refugios
de piedra excavados naturalmente en las laderas rocosas buscaban abrigo los
primeros hombres, y fue a partir de la exploraci贸n met贸dica de
estos lugares que el conocimiento de la ciencia sobre la vida en la prehistoria
avanz贸 a pasos agigantados.
Durante todo el siglo XX se encontraron en la Dordogne los esqueletos de hombres
semejantes al de Neanderthal, que se extinguieron sin dejar descendientes hace
unos 35.000 a帽os; por su parte la raza de Cro-Magnon vivi贸 hace
unos 30.000 a帽os, entre el Paleol铆tico Superior y el Neol铆tico,
y seg煤n las reconstrucciones correspond铆a a hombres altos, de
alrededor de 1,80 metros de estatura, y con una capacidad craneana semejante
a la del hombre moderno. A pesar de los muchos estudios y teor铆as, su
verdadero origen todav铆a es un misterio: si ven铆a de Asia, o si
surgi贸 de la mutaci贸n de una raza prehist贸rica precedente,
es una respuesta en suspenso. Todos los alrededores de Les Eyzies son un verdadero
gruy猫re de cuevas, refugios y grutas donde se encontraron restos de esqueletos,
adornos, sitios rituales, pinturas rupestres y esculturas. La mayor铆a
de estos sitios se visitan, y cada verano son la meca de numerosos turistas
que peregrinan en busca de huellas del pasado. La gran estrella de la regi贸n,
sin embargo, est谩 un poco m谩s lejos y cerrada al p煤blico
por razones de conservaci贸n: son las cuevas de Lascaux, cuyas pinturas
rupestres s贸lo pueden compararse con las de Altamira, en Espa帽a.
EnLascaux, como consuelo, puede visitarse una r茅plica id茅ntica
del original, realizada en una gruta contigua con las mismas t茅cnicas
de los hombres prehist贸ricos. Muy probablemente en toda esta zona haya
otras maravillas escondidas, a煤n no descubiertas, que revelar谩n
alg煤n d铆a algo m谩s sobre las primeras formas de arte de
nuestros ancestros.
Museo del mundo perdido
Con semejantes antecedentes, Les Eyzies no pod铆a menos que ser elegido
como sede del Museo Nacional de la Prehistoria, instalado en el antiguo castillo
de los barones de Beynac. Sobre un espol贸n rocoso al borde del acantilado
que domina todo el pueblo se levanta el castillo, con una vista sin obst谩culos
sobre el caser铆o y los valles aleda帽os de V茅z猫re
y Beune. En la puerta, como dominando el panorama, se levanta la escultura de
un coloso de piedra: es la figura de un hombre de Neanderthal, que precedi贸
al de Cro-Magnon en estas tierras.
En el interior del castillo se exhibe una colecci贸n importante de objetos
y artesan铆as prehist贸ricas halladas en los refugios y yacimientos
arqueol贸gicos de esta parte de la Dordogne. Algunas salas est谩n
consagradas a las diferentes t茅cnicas del tallado de la piedra, y otras
a la presentaci贸n de bloques y placas calc谩reas esculpidas, de
entre 30.000 y 15.000 a帽os de antig眉edad. Tambi茅n se muestran
r茅plicas de mobiliario y moldes tomados en las sepulturas primitivas
de Cro-Magnon y otros lugares, junto a cuadros sin贸pticos, tablas y fotograf铆as
que hablan no s贸lo de la vida en la prehistoria, sino tambi茅n
del avance de la ciencia y la evoluci贸n de los estudios sobre el Paleol铆tico
y el Neol铆tico a lo largo de los a帽os.
En las cercan铆as de Les Eyzies hay muchos otros lugares para ver, desde
el Abri du Poisson (Refugio del Pez), en cuyo interior se distingue con claridad
el bajorrelieve de un salm贸n 鈥搖na especie que abundaba en la regi贸n
de V茅z猫re hasta 茅pocas recientes鈥, hasta el Museo
de la Espeleolog铆a, cuyas salas est谩n talladas en la roca y muestran
material espeleol贸gico, geol贸gico y maquetas de la fauna de las
cavernas. Tambi茅n vale la pena la Grotte du Grand Roc que a lo largo
de 40 metros de t煤neles permite descubrir extraordinarias estalactitas
y estalagmitas.
Despu茅s de ver estos y otros sitios verdaderos, bien se puede tambi茅n
dedicarle un rato al Prehistoparc, un parque de la prehistoria al aire libre
que reconstruye la vida de los hombres primitivos. Sobre varias hect谩reas
de bosques, en un terreno ondulado y rocoso, se va recorriendo un sendero que
reserva varias sorpresas: a un recodo y otro del camino, aparecen escenas con
hombres prehist贸ricos en situaciones cotidianas, ya sea de caza, de recolecci贸n,
de cuidado de los ni帽os, de expresiones art铆sticas. Las escenas
y las esculturas est谩n realizadas con gran realismo, y acompa帽adas
por r茅plicas en tama帽o natural de mamuts y otros animales extinguidos.
No pod铆a haber un marco mejor que el de Les Eyzies para este parque,
donde la prehistoria deja de ser un tiempo remoto e inm贸vil reservado
para siempre a los libros y los museos, para convertirse en una realidad viva
y cotidiana donde lo que perdura es la humanidad, sea de ayer o de hoy.
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