Domingo, 5 de mayo de 2002
MINITURISMO PARA CHICOS Un zool贸gico en Florencio Varela
Rugidos al aire libre
A 36 kil贸metros de la Capital Federal, el Zoo de Florencio Varela y la Reserva Natural Guillermo Hudson conforman una alternativa ecol贸gica para escaparle a la gran ciudad y pasar una tarde muy entretenida con los chicos.

Tan tierno como un gatito... pero es un cachorro de le贸n.
Por J. V.
Andrea y Claudio 鈥搇os due帽os del Zoo de Florencio Varela鈥 se conocieron a los 16 a帽os atrapando murci茅lagos en una playa. La relaci贸n sentimental fue creciendo junto con su pasi贸n por los animales, y en 1995 heredaron un terreno bald铆o de 6 hect谩reas donde ya han plantado 7000 谩rboles e instalaron un zool贸gico de m谩s de 100 especies animales. Al mismo tiempo, el lugar es un centro de recr铆a de fauna decomisada por tr谩fico ilegal y tambi茅n se reproducen especies en peligro de extinci贸n, que luego se sueltan en reservas y parques nacionales.
El elenco El placer y la ternura que despierta un gatito a los chicos s贸lo puede compararse 鈥揷uriosamente鈥 con la felicidad que sienten al tomar en brazos un cachorrito de le贸n que juega con todo el mundo, como si fuese un gatito. El leoncito Rubio se deja acariciar y los ni帽os se alborotan hasta el delirio con los peque帽os rugidos de este extra帽o 鈥済atito鈥 con forma de le贸n, al cual se le da la mamadera como a un beb茅. El elenco de los felinos, con su belleza cruel, despierta las mayores pasiones e inmoviliza a quien observa su mirada cazadora. Por un lado, est谩n los jaguaret茅s de Misiones, que emiten un rugido seco y grave que paraliza de terror a grandes y ni帽os. En la jaula de los pumas americanos 鈥揹e terso pelaje gris鈥 las fieras descansan indiferentes sobre unas ramas, transmitiendo a quien los observa una profunda paz... aunque nadie se anime a hacerles compa帽铆a.
En su correspondiente jaula est谩n los tigres de bengala 鈥揹onde sobresale un soberbio ejemplar de 300 kilos鈥 y en otra las panteras negras van y vienen tras los barrotes con elegante impaciencia.
El elenco animal sigue apareciendo a su debido tiempo. Est谩n los ciervos axis 鈥揹e origen asi谩tico鈥, los lemures 鈥揹e la isla de Madagascar鈥 y los ant铆lopes africanos. Un puente colgante de 8 metros de altura cruza sobre la laguna llena de cisnes australianos de plumaje negro, que nadan con suavidad, y una diversidad enorme de patos. Entre las especies aut贸ctonas en peligro de extinci贸n que se reproducen aqu铆 est谩n el venado de las pampas, los osos meleros, el tapir y el c贸ndor.
El alboroto continuo de las aves, los gritos de los monos aulladores, los espaciados rugidos y 鈥揾ay que decirlo鈥 el infatigable griter铆o infantil durante los d铆as de mayor concurrencia le otorgan una inusitada vida al lugar. Los pavos reales y las gallinetas de Guinea se pasean con soberana libertad entre los visitantes y se acercan a los peloteros y las camas el谩sticas donde los chicos saltan sin cesar. A diferencia de otros zool贸gicos, aqu铆 hay disponibles parrillas y mesas en una confiter铆a techada, para que cada cual se traiga la carne para el asado y pase un d铆a al aire libre sin gastar demasiado.
Insectos y murcielagos Acaso el sector m谩s sorprendente del lugar sea el insectario 鈥搖no de los m谩s completos de la provincia鈥, instalado dentro de un vag贸n de tren. La cantidad y diversidad de escarabajos y mariposas de todos tama帽os y colores conforman un universo fant谩stico de formas y 鈥渄ise帽os鈥 impensables que uno nunca hubiese pensado que pudieran existir. Dentro del vag贸n hay repugnantes cucarachas voladoras de exagerado tama帽o, insectos similares a lib茅lulas verdes de 25 cent铆metros de largo (y otro tanto sus alas), escorpiones negros de 20 cent铆metros con pinzas que parecen de cangrejo y cascarudos de todo tipo. La variedad de mariposas con alas de aspecto sedoso y color fl煤o combinan dise帽os y colores hasta colmar la capacidad de asombro.
En la cueva de los murci茅lagos nos sorprende el aleteo de unos ejemplares egipcios cuyas alas extendidas alcanzan los 50 cent铆metros de ancho. Y, por 煤ltimo, en el reptilario se exponen m谩s de 150 especie, entre ellas diversos tipos de escuerzos, iguanas, lagartos y serpientes coral, cascabel y pit贸n.
La Reserva Natural Hudson Luego de visitar el zool贸gico, aquellos que est茅n con auto pueden completar la tarde en la Reserva Natural Guillermo Hudson, creada para preservar los 煤ltimos relictos de la vegetaci贸n aut贸ctona bonaerense. Para llegar se debe cruzar la v铆a del tren y tomar la avenida Hudson hasta el 5800 y doblar a la derecha. El primer dato a tener en cuenta es que hay que arribar antes de las 16 horas, cuando comienza la 煤ltima visita guiada. Recorrer el lugar con un gu铆a resulta fundamental para poder distinguir las diferentes especies de 谩rboles y pastizales aut贸ctonos, que a simple vista pueden parecer todos m谩s o menos iguales.
El gu铆a y encargado de la reserva, Carlos Sawicki, nos acompa帽a por los distintos sectores, empezando por el casco hist贸rico de lo que fue la estanzuela Los 25 Omb煤es, de la cual s贸lo queda un rancho del siglo XVIII, restaurado y declarado monumento hist贸rico en 1929. All铆 naci贸 en 1841 Guillermo Enrique Hudson, el naturalista que escribi贸 24 libros relatando sus recuerdos de la infancia y su juventud en las pampas durante la segunda mitad del siglo XIX. Adem谩s de su obra literaria, Hudson es reconocido por libros de ornitolog铆a como Aves del Plata y P谩jaros de la Ciudad y la Aldea. En el viejo rancho hay un peque帽o museo en su honor.
El paso siguiente es recorrer un incipiente Arboretum donde se han plantado diversas especies aut贸ctonas como la taruma, la anacahuita, el sombra de toro (con sus hojas romboidales), el espinillo y el sauco. Luego, un sendero descendiente nos conduce por un barranco para ingresar en el t铆pico pastizal de la estepa oriental pampeana, llena de flechillas, carquejas, plumerillos y retamas. El gu铆a, con vista de lince, descubre algunas de las 147 especies de aves de la reserva y nos va se帽alando una por una sus caracter铆sticas. Hasta que finalmente llegamos al arroyo Las Conchitas, con su correspondiente humedal a cada costado, abarrotado de juncos, totoras y espada帽as. En el arroyo, numerosos bigu谩s negros se asolean junto a un puente de madera y en algunos senderos los cuices corretean a 10 metros delante nuestro.
En el extremo opuesto al arroyo hay un ecotono muy particular que alberga un denso bosque xer贸filo en galer铆a, con 谩rboles de 16 metros de altura que no dejan pasar la luz solar. Al ingresar, el ambiente se oscurece de repente, y divisamos las especies de 谩rboles predominantes, algunas con el tallo cubierto de plantas trepadoras. Los pilares de este bosque son la acacia, el para铆so, el ligustro y el tala. A un costado se encuentran dos omb煤es centenarios y un tala denominado 鈥渁buelo鈥, de 400 a帽os de saludable vida. A la salida nos espera una merecida merienda con el mejor pan casero de la zona 鈥搑eci茅n salido del horno鈥 resultado del taller de panificaci贸n que se ofrece a los chicos en la reserva los domingos por la tarde.
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