Toda ciudad es una y varias a la vez. Pero si hay una ciudad europea multifac茅tica por derecho propio es la capital de Catalu帽a, donde pareciera que la llegada de cada per铆odo hist贸rico le agrega una nueva cara sin borrar las anteriores. Esto hace posible pasar en un mismo d铆a de las facetas multicolores y asim茅tricas del modernismo a la Edad Media con un simple viaje en subte. Es decir, de las brillantes obras arquitect贸nicas de Gaud铆 a la cara g贸tica de la ciudad, con sus edificios de color ocre y piedra r铆gida, reflejo del oscurantismo medieval.
鈥淓l G贸tico鈥 es el nombre con el que se refieren los catalanes a este peque帽o barrio donde quedan muchos edificios de los tiempos medievales, 茅poca en que esta ciudad portuaria se hab铆a convertido en un importante centro comercial del Mediterr谩neo.
En pleno siglo XIII, Barcelona era una ciudad amurallada, igual que la mayor parte de sus similares europeas, aunque ya hab铆an surgido villas m谩s all谩 de sus muros debido al incontrolable crecimiento urbano. El hacinamiento dentro de la ciudad motiv贸 que el rey Jaime I decidiera tumbar la antigua muralla romana y levantar una nueva que extend铆a el 谩rea protegida a un per铆metro de 5 mil metros. Los l铆mites de la segunda muralla 鈥搎ue a帽os m谩s tarde volver铆a a ser insuficiente鈥 equivalen al cuadrante encerrado hoy por La Rambla, la Ronda de Sant Pere y el Parc de la Ciutadella.
Dentro del per铆metro romano hab铆an comenzado a desarrollarse las casas gremiales 鈥搒obre todo de aquellos gremios ligados a la manufactura que consum铆a la nobleza鈥, y en esa 茅poca aparecen tambi茅n las nuevas iglesias parroquiales de Sant Just y Sant Pastor. En la zona del antiguo foro romano 鈥揳lrededor de la Plaza Sant Jaume鈥 se levantaron la imponente Casa de la Batlia General, el edificio de la Taula de Canvi y el Palau de la Generalitat, cuyas dimensiones fueron aumentando con los a帽os y todav铆a hoy alberga a la autoridad pol铆tica municipal. Lo curioso de esta plaza es que desde los tiempos romanos 鈥揾ace unos 2 mil a帽os鈥 ha sido siempre el centro del poder pol铆tico.
Barcelona fue consolidando su tejido social y urbano alrededor de dos centros. Por un lado estaba la mencionada Plaza Sant Jaume, en cuyos alrededores se concentraban el poder real y el clerical, mientras que la ciudad de los artesanos surgi贸 alrededor de la iglesia Santa Mar铆a del Mar, en el barrio de La Ribera.
El crecimiento de la ciudad 鈥搎ue lleg贸 a tener 40 mil habitantes鈥 estuvo ligado a los primeros condes reyes de la corona de Arag贸n, que hab铆an hecho de Barcelona su capital f谩ctica, invirtiendo recursos para la construcci贸n de numerosos edificios g贸ticos, un estilo que era de vanguardia en su 茅poca. Al instalar su sede en Barcelona, la corona se hab铆a convertido en el verdadero motor de la ciudad, muy ligada tambi茅n a los mercaderes, el grupo social m谩s din谩mico cuyos negocios a escala internacional promovieron parte del desarrollo. Y en tiempos en que el Estado a煤n no ten铆a como obligaci贸n ocuparse de la salud p煤blica, fueron los mercaderes quienes financiaron la creaci贸n de hospitales y edificios religiosos.
Como en toda ciudad medieval, el tejido urbano era un laberinto de callejuelas muy angostas y en mal estado por donde era complicado transitar (todav铆a queda bastante de esa estructura). Pero las reformas urban铆sticas impulsadas por el auge econ贸mico trajeron la aparici贸n de nuevos espacios p煤blicos y tambi茅n la ampliaci贸n de los preexistentes. Un ejemplo que aun hoy se puede visitar es la Plaza del Rei 鈥搖n escenario p煤blico para los actos de gobierno鈥, a cuyo frente estaba y est谩 el Palacio Reial Major, la residencia de los condes de Barcelona. A su alrededor se levantan la capilla g贸tica de Santa Agata y el sal贸n del Tinell, donde se cree que Col贸n tuvo su primera audiencia con los reyes cat贸licos luego de su posterior viaje a Am茅rica. Junto a la plaza est谩 tambi茅n el Museo de Historia, en cuyos subsuelos se exhiben los restos de la ciudad romana que se encontraron in situ.
Desde la Plaza del Rei se puede llegar a pie hasta otra placita medieval, la Plaza de la Seu, creada en 1421 luego de derrumbar la vieja 鈥渃asa del decano鈥 y la 鈥渄e los can贸nigos鈥, apuntaladas a la muralla original. A la izquierda de esta plaza est谩 la Catedral de Barcelona, considerada la muestra m谩s representativa del g贸tico catal谩n, con una estructura de tres naves que se levantaron sobre la anterior bas铆lica paleocristiana y la catedral rom谩nica.
Adem谩s de la nobleza, el clero y los mercaderes, exist铆a otro grupo social m谩s numeroso: el de los artesanos, quienes se agremiaban en cofrad铆as para regular sus actividades. Una parte del recorrido actual por el barrio g贸tico incluye las calles gremiales donde sol铆an estar los negocios agrupados por especialidad. La calle Tapiner铆a, por ejemplo, era donde los zapateros hac铆an tapines, una especie de sandalias femeninas de corcho forrado con cuero y recubiertas con un tejido.
Como casi todas las ciudades medievales europeas, Barcelona tambi茅n ten铆a su barrio jud铆o. A la izquierda de la Plaza Sant Jaume 鈥揹onde est谩 el edificio g贸tico del Ayuntamiento鈥 estaba la puerta de ingreso al barrio jud铆o, donde viv铆an marginados unos 4 mil jud铆os. Por orden de Jaime I, esta juder铆a, una de las m谩s grandes de Europa, estaba aislada dentro de la ciudad por una muralla interna. En su mayor铆a, los jud铆os eran artesanos de oficio y prestamistas financieros. En 1391, el gueto de Barcelona fue destruido por una reacci贸n antisemita. Los alzados 鈥揺n su mayor铆a, nobles deudores de los prestamistas鈥 asesinaron a un millar de jud铆os y quemaron todas sus casas. El barrio de los jud铆os estaba en las calles del Call y Sant Dom茅nech, donde ten铆an varias sinagogas, hasta que en 1401 fueron definitivamente expulsados del barrio. Sobre la calle del Call se pueden ver los 煤ltimos restos de la muralla romana en los basamentos de dos casas medievales ubicadas exactamente en los n煤meros 5 y 7 de esa calle.
Entre los edificios que reflejan la composici贸n social de la 茅poca, est谩n 鈥淟es Drassanes鈥 y el 鈥淟lotja鈥, representativos del importante papel de la clase burguesa surgida de la actividad comercial. En el lugar del antiguo puente de entrada a la ciudad romana est谩 la medieval Plaza del Angel, llamada as铆 por una estatua alada que se coloc贸 en el siglo XVII y que hoy se puede ver en el Museo Hist贸rico de la ciudad.
El esplendor medieval de Barcelona tuvo su inevitable decadencia, ligada a diversos factores. Entre ellos, la epidemia de peste negra (bub贸nica) que caus贸 25 millones de muertos en toda Europa. En 1348, en Barcelona, murieron unas 300 personas por d铆a. A esto se le sum贸 la costosa guerra que Pedro El Ceremonioso emprendi贸 contra el reino de Castilla. A principios del siglo XVI, los d铆as gloriosos de la ciudad cosmopolita y progresista estaban contados. Si bien continu贸 siendo una gran ciudad durante la monarqu铆a de los Habsburgo, por varios siglos dej贸 de ser la potencia estructurante de todo el reino. Con la llegada de la Revoluci贸n Industrial, Barcelona tuvo una segunda vida de esplendor. Y poco tiempo despu茅s lleg贸 a estar al frente de la vanguardia art铆stica europea que engendr贸 el colorido y riesgoso modernismo
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