La consigna es “aprendé windsurf en un fin de semana”. Guillermo de Cillis instaló su escuela de windsurf Waterlook en un cómodo parador junto a la laguna y le garantiza a todos sus alumnos que durante el curso “lograrán salir por sus propios medios, navegando con pocas caídas”. La clase teórica inicial dura 50 minutos, y se recurre a dos simuladores –uno con vela– que permiten practicar en tierra todos los movimientos y las técnicas para aprovechar la fuerza del viento. Los grupos son de hasta 5 alumnos que se contagian unos a otros la ansiedad por pasar a la acción. Luego de una hora en tierra es momento de cambiar de medio. Gracias a los simuladores, el alumno ingresa al agua con una capacidad de maniobra que le permite mantenerse en pie con la vela en alto por largo tiempo. Guillermo maneja el grupo desde su propia tabla con la ayuda de un megáfono. Ahora la consigna es “no importa donde vayas, pero navegá”, y la mayoría logra cumplirla. El curso de dos clases (sábado y domingo) cuesta $ 80 e incluye los equipos. El alquiler de equipos para practicar fuera de la clase cuesta $ 15.
La otra modalidad deportiva de la escuela Waterlook es el kite-surfing, que consiste en deslizarse sobre las aguas mediante una tabla al impulso de un parapente algo más pequeño que los que se usan para volar. Esta modalidad es específica de las lagunas y permite combinar el wake-board con pequeños vuelos de hasta 15 metros de altura, que en realidad son saltos de unos pocos segundos, con el paracaídas adelante. Un curso cuesta $ 150 y 3 clases alcanzan para aprender lo principal. Más información: www.waterlook.com.ar
Tel.: 011-1550077175. E-mail:
[email protected]