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Domingo, 16 de mayo de 2010
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Geiseres en la madrugada

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Cactus, una rara expresión de vida en el desierto de Atacama.

A 89 kilómetros de San Pedro, en pleno desierto de Atacama, se encuentra uno de los escenarios naturales más asombrosos de Chile: un campo geotérmico con más de cien géiseres y fumarolas rodeados por una serie de imponentes volcanes nevados. A los Géiseres del Tatio se llega muy temprano en la mañana, alrededor de las 5.30, para caminar mientras amanece entre los ensordecedores chorros de agua y vapor de los géiseres, que forman columnas de hasta diez metros de altura. El espectáculo tiene reminiscencias del Purgatorio y su final coincide con la salida del sol, cuando la furia de la Pachamama se apacigua con el calor.

El fenómeno de los géiseres es consecuencia de la vaporización de las corrientes de agua subterránea que entran en contacto con el magma volcánico a gran profundidad. Es así como los violentos chorros de vapor salen despedidos hacia arriba a través de angostas fisuras en la corteza terrestre. La temperatura ambiente, a 4200 metros sobre el nivel del mar, desciende por debajo de cero grado y contrasta con la temperatura del agua, que brota desde las entrañas a 85 grados centígrados. Las recomendaciones previas incluyen llevar ropa muy abrigada, pero también protector solar, traje de baño y una toalla. A las seis de la mañana finaliza el show de la naturaleza; los géiseres pierden presión hasta convertirse en un suave burbujeo de fango en la tierra. Y al mediodía, cuando la temperatura sube hasta los 20 grados, se visitan unas termas con aguas calientes que relajan los cuerpos entorpecidos por el madrugón.

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