Domingo, 3 de agosto de 2003
SIRACUSA Teatro griego
Una noche en la Magna Grecia
Por Laura Isola
El grupo de adolescentes italianos parece ingobernable: se empujan en las largas escaleras que conducen a la entrada del anfiteatro y una vez adentro, cambian todo el tiempo de lugar buscando sentarse lo m谩s cerca posible de las ragazzas. Los telefoninos proliferan como insectos infernales. Todo hace pensar que lo que iba a ser una tarde placentera, memorable, va a convertirse en una pesadilla. De pronto se opera el milagro. El coro fantasmal de las Eum茅nides se adelanta hacia la orquesta, y mientras hostiga a Orestes, hipnotiza a mis inquietantes vecinos que permanecen como estatuas de gel. Por un momento parece reproducirse el esp铆ritu con el que los antiguos griegos acud铆an a las representaciones hace casi 2500 a帽os: la celebraci贸n de la identidad civil, cultural y religiosa. Precisamente por el car谩cter tradicionalista del teatro griego, el espectador antiguo se dirig铆a al evento dispuesto a que le contaran una historia que conoc铆a de memoria y en la que la originalidad era mucho menos importante que la calidad en el tratamiento del tema. Es curioso como, a pesar de la circulaci贸n secular de las piezas teatrales, el p煤blico multitudinario que cada verano completa las gradas del anfiteatro queda cautivo de los vaivenes argumentales y se sorprende con los desenlaces.
El teatro griego de Siracusa es el m谩s grande de Sicilia y de toda la Magna Grecia, es decir el conjunto de colonias con que los griegos se expandieron a partir del siglo IX a.C. en un movimiento fundacional para el esp铆ritu de Occidente. Construido en el siglo V a.C. por el arquitecto Damakopos, fue restaurado entre los siglos III a.C. y II a.C., modificando su plano original, por orden de Hier贸n II. Excavado en la roca, se divide verticalmente en 9 sectores y un largo corredor lo atraviesa en forma horizontal. Su capacidad original fue de 16.000 espectadores. Luego, hacia el final de la Edad Media, la roca de las gradas superiores fue retirada y utilizada en la construcci贸n de la muralla que rodea a la isla Ortigia, centro pol铆tico y social de la ciudad. El teatro se encuentra en un complejo arqueol贸gico que incluye adem谩s el Anfiteatro Romano de la 茅poca imperial, el Altar de Hier贸n II y la Oreja de Dionisio. Cabe recordar que Siracusa, que lleg贸 a tener 300.000 habitantes, fue la principal ciudad italiana del per铆odo hel茅nico. Entre los personajes hist贸ricos que vivieron en Siracusa puede mencionarse a Plat贸n y a Arqu铆medes.
Todos los a帽os entre mayo y julio es posible compartir el privilegio de ver una tragedia de Esquilo o una comedia de Plauto en uno de sus escenarios originales. Se dice que algunas de las obras se representaron all铆 por primera vez. La elecci贸n de las piezas teatrales est谩 a cargo del Instituto Nacional de Drama Antiguo. La programaci贸n de este a帽o incluy贸 a Los Persas y Las Eum茅nides de Esquilo y la comedia de Arist贸fanes, Las Avispas.
La perfecci贸n arquitect贸nica del anfiteatro hace innecesaria la utilizaci贸n de equipos de amplificaci贸n de sonido. Del mismo modo la visi贸n es 贸ptima desde cualquiera de las localidades, que oscilan entre 10 y 25 euros. Las entradas m谩s baratas quiz谩 sean las mejores. Por el mismo precio, en las gradas superiores se puede apreciar tanto la obra como el paisaje de su enclave natural.
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