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Los jueces del histórico combate, que se desarrolló en el Nuevo Palacio Aurinegro de Trelew, fallaron en forma unánime en favor de Narváez con los siguientes guarismos: José Torres de Puerto Rico 117 a 111; Héctor Afú Sánchez de Panamá 116 a 112 y el argentino Aldo Fernández 119 a 110.
Narváez igualó la marca de 14 defensas exitosas de títulos ecuménicos que mantenía el legendario púgil santafesino Carlos Monzón, que reinó entre los medianos (AMB y CMB) desde noviembre de 1970 hasta julio de 1977, cuando se retiró de la actividad tras retener su corona ante el colombiano Rodrigo Valdez.
El triunfo de Narváez fue legítimo y claro en una pelea que no tuvo un nivel superlativo dadas las expectativas que se crearon ante la posibilidad de que el púgil de Trelew alcanzara a Monzón en las estadísticas de peleas mundialistas.
El invicto patagónico controló el combate y le impuso su boxeo dinámico y efectivo, en especial desde el quinto round en adelante, luego de realizar un trabajo de estudio en la primera parte. A pesar de estar dominando el pleito, en el cuarto round el mexicano lo sorprendió con algunas manos que alertaron a Narváez.
De allí en más el argentino se adueñó por completo del cuadrilátero y le impuso dinámica a su accionar y aplicó golpes efectivos sobre la humanidad del entusiasta pero conservador mexicano, que no le encontró la vuelta a la pelea y nunca hizo peligrar el triunfo del campeón.
En la última parte del combate Narváez lanzó golpes certeros y potentes al cuerpo del retador, en especial unos buenos ganchos de izquierda que conmovieron a su rival, que soportó ese castigo en varias oportunidades.
"Nunca me imaginé en mi carrera como boxeador que iba a igualar el record de ese fabuloso boxeador que fue Monzón. No lo puedo creer todavía, y sinceramente ojalá que en el futuro haya otros púgiles argentinos que puedan alcanzar esta marca que comparto con Monzón", auguró con sobriedad "El Huracán" de Trelew.
"No tuve inconvenientes en la mano izquierda que tantos problemas me ocasionó tras el accidente que sufrí hace tres años. A pesar de que sentí el cansancio en la última parte de la pelea, con experiencia y tranquilidad controlé a mi rival", comentó Narváez.
El chubutense se fracturó el brazo izquierdo en 2005 tras protagonizar un accidente cuando circulaba con una moto en la ciudad de Córdoba y fue embestido por un automovilista, por lo que estuvo inactivo bastante tiempo.
"Hasta el cuarto round me sentía tenso y algo lento, pero luego retomé mi ritmo habitual, manejé con tranquilidad los tiempos del combate y coloqué los mejores golpes ante un rival joven y escurridizo", observó el campeón.
Además reconoció que "El Payasito" Hernández, a pesar de no haber colocado muchas manos, le hizo "más fuerza que otros rivales y seguramente con sus 22 años tiene un futuro interesante", y finalizó diciendo que "me gustaría hacer la decimoquinta defensa en el Luna Park.
Narváez seguramente combatirá en unos meses más con el estadounidense de Augusta, Georgia, Royanta Whitfield, número uno del ranking mosca de la OMB, un moreno de 1,70 metro de alto, y que está invicto en sus 22 presentaciones con igual cantidad de triunfos (11 por nocauts).
El imbatido púgil de Trelew (33 años) elevó su record a 28 victorias (17 por nocauts) y 2 empates, mientras que Hernández se queda con registro de 20 triunfos (9 antes del límite), seis caídas y un empate.
El chubutense se coronó titular de la divisional mosca OMB el 13 de julio de 2002, en la reapertura del mítico estadio Luna Park para el pugilismo, cuando derrotó ampliamente por puntos en 12 rounds al dos veces campeón mundial de esa divisional, el nicaragüense Adonis Rivas.
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