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Ante medio centenar de legisladores, el funcionario consignó un incremento de la inversión social del orden del 30 por ciento y un aumento en 600 millones de pesos en obras de infraestructura en relación con el período 2008.
Grindetti dio además detalles de la iniciativa oficial para el próximo ejercicio, que incluye gastos por 16.980,7 millones de pesos e ingresos por 16.369,5 millones.
Según el ministro, el presupuesto en obras "duplica en promedio las inversiones realizadas en este segmento a lo largo de la última década".
Grindetti subrayó que esta herramienta le permitirá al Gobierno "asegurar el manejo ordenado de las cuentas públicas y garantizar un eficiente nivel de recaudación" ante la crisis financiera internacional.
Al respecto, explicó que las medidas de política tributaria propuestas para el ejercicio fiscal 2009 "están orientadas a articular un sistema con mayor progresividad y equidad" y advirtió que la Ciudad sufrió un severo perjuicio por la falta de colaboración del Gobierno de la Nación.
Grindetti afirmó que la Ciudad "financia el 90 por ciento de sus gastos con recursos propios" y subrayó que "ante la actitud negligente del Gobierno nacional, que no nos aprobó el bono que necesitábamos, y como consecuencia también de los efectos de la crisis financiera internacional, hemos decidido fortalecer nuestros ingresos para 'vivir con lo nuestro'".
El ministro aseguró frente a los miembros de la Comisión de Presupuesto que la ley de gastos fue concebida con "seriedad y contemplando la coyuntura nacional e internacional", y destacó la gestión administrativa del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
El ministro argumentó que el presupuesto se armó "con indicadores macro que, a la fecha, presentan una marcada volatilidad" y justificó una mayor presión fiscal en un escenario "caracterizado por una reducción drástica en los niveles de crecimiento".
Las principales críticas de los legisladores opositores radica en la idea de extender el impuesto al sello que alcanza a los compras con tarjeta de crédito en un 0,6 por ciento, propuesta que consideraron "inoportuna" y "con afán recaudador".
Sin embargo, Grindetti negó que se trate de "un nuevo gravamen" y recordó que "actualmente está vigente en todo el país".
Asimismo, hizo hincapié en el destino para esos fondos.
"Serán usados para seguir mejorando la infraestructura de los hospitales y de nuestros edificios escolares y para ampliar el alcance de las políticas de inclusión social", sostuvo ante los diputados porteños.
"La ciudad de Buenos Aires es el único distrito que lo había suspendido en 1994 por orden del ex ministro Cavallo y ahora, por un tema de estricta justicia, lo estamos restableciendo, como lo tienen las demás provincias del país", apuntó.
El ministro advirtió que "la Ciudad no puede ser un paraíso fiscal" y reivindicó la necesidad de consolidar un funcionamiento fiscal armónico entre todas las jurisdicciones del país.
"Por eso el objetivo de nuestra reforma tributaria es elevar a la ciudad de Buenos Aires a un plano de equidad respecto al resto de la Argentina. Tenemos que tener las mismas condiciones que los otros distritos. Y aun así, hay que reconocer que nuestra tasa es muy inferior a la que se cobra en el resto del país, que supera el 1 por ciento", remarcó.
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