Las tareas se iniciaron en una galería técnica subterránea conectada con el reactor número dos. El líquido altamente radiactivo es llevado a un condensador que, en condiciones normales de explotación, sirve para transformar en agua el vapor producido en el reactor.
Los técnicos sacaron también muestras de agua de la piscina de desactivación del combustible del reactor 4. Esta operación tiene por objetivo conocer el estado de las 1.331 barras de combustible que se encuentran en la piscina, para poder luego estudiar los medios necesarios para poder extraerlas.
"Es el objetivo final", precisó un portavoz de TEPCO, la propietaria de la planta cuya destrucción alcanzó ayer al nivel de gravedad 7, el más alto de la escala internacional de acontecimientos nucleares (INES), que corresponde al de la catástrofe de Chernobyl en 1986.
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