El representante político de los rebeldes en Londres, Guma Al Gamaty, precisó que "durante ocho meses, el CNT dirigirá Libia antes de que una asamblea elegida por el pueblo" asuma el poder en el país para redactar una Constitución, y "al cabo de un año (...) se celebrarán elecciones", precisó el representante a la BBC.
Con el objetivo de reorganizar el despliegue de sus fuerzas, el CNT pidió a los combatientes de provincias presentes en la capital que vuelvan a casa porque "Trípoli es libre" desde el 23 de agosto, cuando lograron tomar su control. De todas maneras, el CNT mantiene sus tropas en algunas regiones, particularmente en Sirte, uno de los grandes bastiones de los leales a Khadafi por ser su ciudad natal.
El coronel sigue sin rendirse y convocó a una guerra de guerrillas para volver al poder, y el CNT le prorrogó por una semana más el ultimátum que había sido previsto para mañana para negociar su entrega. En tanto, Francia, Gran Bretaña y la OTAN afirmaron que las operaciones militares internacionales proseguirían en tanto Khadafi siga siendo una amenaza.
Durante la conferencia de ayer en París, la ONU y las grandes potencias establecieron una hoja de ruta para el CNT, liberando inmediatamente los 15.000 millones de dólares contra la promesa de democracia y reconciliación. Por su parte, la Unión Europea suspendió las sanciones contra 28 "entidades económicas" libias para ayudar al repunte de la economía.
Pero tanto la ayuda financiera como el apoyo político tienen su contrapartida. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, pidió a los dirigentes de la "nueva Libia" "combatir el extremismo", luego de que surgieran dudas sobre ciertos miembros del CNT considerados allegados a los islamistas de Al Qaida.
"Decir que hay extremistas armados en Libia es repetir lo que decía Khadafi", replicó el "ministro" del Interior del CNT, Ahmed Darrat.
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