"Instamos a todos los grupos armados a entablar un diálogo con los líderes civiles en Bamako para encontrar un camino sin violencia hacia las elecciones nacionales y la coexistencia pacífica", concluyó el portavoz del Departamento de Estado, coincidiendo de esa manera con la mayoría de los partidos políticos del país, tanto los que apoyan al líder golpista, Amadu Haya Sanogo, como los que exigen el retorno del antiguo orden constitucional.
El portavoz del MNLA, Mossa Ag Attaher, por su parte, advirtió que "proclamamos solemnemente la independencia del Azawad", y agregó que su movimiento quiere respetar "las fronteras con los países limítrofes". El vocero del movimiento tuareg en Francia, Mossa Ag Attaherel, a su vez, declaró que el MNLA, un movimiento laico, está dispuesto a combatir a Al Qaeda en el Magreb Islámico, en el marco de una "asociación internacional" contra el terrorismo.
Sin embargo, los milicianos tuareg jihadistas del grupo Ansar Dine, cuyos milicianos colaboraron con los de MNLA en la toma de las ciudades de Azawad, aclararon que llevan adelante una guerra "por el islam". "La nuestra es una guerra santa y legal en nombre del islam. Estamos contra las rebeliones, contra la independencia y contra cualquier revolución que no tenga lugar en nombre del islam. Vinimos aquí para practicar el islam en nombre de Alá", expresó el jefe militar del grupo, Omar Hamaha. "Lo que queremos no es Azawad, sino el islam, el islam!", prosiguió Hamaha, y consideró que "la verdadera independencia es el islam y la práctica de la sharia" (ley islámica).
Mientras cientos de jóvenes, en su mayoría originarios del norte de Mali, denunciaron actos de violencia "ignominiosa", cometidos tanto por los rebeldes tuareg como por los grupos jihadistas, la Cancillería británica anunció el cierre temporario de su embajada en Mali y retiró su personal de la sede diplomática.
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