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Ultimas Noticias|Viernes, 20 de julio de 2012
Entre la violencia y la esperanza

Siria, entre el Ramadán y la guerra civil

Un día después de la jornada más sangrienta desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011, con más de 300 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el Consejo de Seguridad de la ONU prolongó por un "último período de 30 días" la misión de los 300 observadores en el país, mientras las tropas leales al presidente Bashar Al Assad lanzaron una contraofensiva en diferentes barrios de Damasco y entabló combates sin precedentes en Alepo, en una espiral de violencia que dejó decenas de muertos.

Luego de la "batalla para la liberación" de Damasco, anunciada el martes por los rebeldes, el ejército lanzó una contraofensiva para retomar el control de los barrios "adonde se habían infiltrado los terroristas", según una fuente de seguridad oficial. A bordo de los blindados del régimen, el Ejército recorrió junto con un grupo de periodistas el barrio fantasma de Midan, cerca del centro de la capital, en donde se podían ver casquillos de todos los calibres en las calles, el alminar de la mezquita Al Majid agujereado por un obús y las fachadas de los edificios completamente baleadas.

Tras comenzar la víspera las operaciones en el barrio Qabun (este), el Ejército ingresó por la mañana en los barrios de Jobar (este) y Kafar Suse (suroeste), según el OSDH. Además de Midan, una fuente de seguridad indicó que el Ejército controla Tadamun (sur), Qabun y Barzé (este). En cambio los violentos enfrentamientos continuaban en Jobar, Ruknedin (norte) y sobre todo en los "campos de Mazé", Kafar Suse y Daraya, en el sur y al oeste.

En Alepo, capital económica de Siria, violentos enfrentamientos estallaron en varios barrios, los primeros en su tipo, un segundo frente que parece abrirse en este conflicto descrito como una "guerra civil" por varias capitales e instituciones internacionales.

El comienzo del mes sagrado en el Islam, en el que los musulmanes recuerdan el momento en el que el Corán comenzó a ser revelado al profeta Mahoma, comenzó de esta manera ensombrecido en un país arrasado por la violencia, aunque la oposición a Bashar al Assad confía en que se cumplan sus esperanzas de "justicia y libertad".

"El Ramadan -noveno mes del calendario musulmán, que se rige por la luna y, por lo tanto, es variable- será el mes del triunfo sobre los criminales y el cumplimiento de las esperanzas de libertad, justicia y dignidad de nuestro pueblo", afirmó el Consejo Nacional Sirio (CNS), la mayor plataforma de la oposición, en un mensaje para los sirios musulmanes en el inicio del mes islámico del ayuno.

Durante el mes sagrado, tanto hombres como mujeres deben hacer ayuno, dejar de fumar, de perfumarse y está prohibido mantener relaciones sexuales, aunque esas prohibiciones desaparecen con la caída del sol.

A diferencia de las autoridades sirias, para las que el ayuno empieza mañana -tal como en Irán, aliado de Damasco y que todos los años proclama el inicio del mes sagrado un día más tarde que los países árabes- para el CNS la celebración comenzó hoy.

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