Como estaba previsto, la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), nombre oficial de la llamada "Ley Wert", por el cuestionado ministro de Educación, José Ignacio Wert, superó su primer trámite parlamentario gracias a la mayoría absoluta del derechista Partido Popular (PP). La norma, contra la cual la comunidad educativa está en pie de guerra desde hace meses, pasará ahora al Senado, donde el oficialismo tampoco tendrá problemas para aprobarla, y luego regresará a la Cámara Baja.
Fiel a su controvertido perfil, Wert, el ministro que más animadversión genera entre la población, en un país severamente castigado por la crisis económica, argumentó que es necesario mejorar el sistema educativo porque "cada repetidor incrementa los costos (del Estado) en 7000 euros". Durante el debate parlamentario, diputados opositores tacharon la norma, que impone el castellano como lengua vehicular en toda España, de "segregadora, clasista, elitista, recentralizadora", y "un ataque al modelo de inmersión lingüística de Cataluña", que prioriza la enseñanza en catalán, lengua cooficial.
El diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Tardá, sostuvo que la ley es de un "fanatismo que no tiene perdón, una cruzada nacional católica" propia de los tiempos del dictador Francisco Franco, quien "intentó matar nuestra lengua y no lo consiguió". "Usted tampoco lo conseguirá", enfatizó Tardá dirigiéndose a Wert.
Los gobiernos regionales de Cataluña y el País Vasco ya anunciaron que no aplicarán la nueva ley, que está previsto que entre en vigor el próximo año. Entre los puntos más controvertidos de la ley se recupera como opcional la asignatura Religión, que además aplicará para el promedio general, tal como lo exigía la Iglesia Católica.
También se elimina la materia obligatoria Educación para la Ciudadanía, introducida durante el gobierno del expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero -antecesor de Rajoy- y que aborda cuestiones relacionadas con la ética, valores democráticos y convivencia. Aunque existe una materia alternativa a Religión denominada Valores Culturales y Sociales, el cambio supone un retroceso histórico respecto a los avances en aras de la consecución de un Estado laico que deje atrás los vestigios de la alianza con la Iglesia de la dictadura franquista.
Entre los cambios propuestos por la Ley Wert figura que los alumnos repetirán el año si reprueban más de dos materias (antes eran tres) o las dos son matemáticas, lengua o un idioma oficial. También se elimina la "selectividad" -examen final para acceder a la universidad-, y cada centro hará el suyo propio. En las Universidades se reducen becas y presupuesto y se instauran los principios del plan de Bologna, que unifica criterios a nivel europeo, más ligados al mercado.
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