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Paolo Giachini afirmó que el traslado y entierro del exoficial nazi que participó de la Masacre de las Fosas Ardeatinas, en la que 335 italianos fueron asesinados por orden directa de Adolf Hitler, fue producto de un acuerdo entre Italia y Alemania, tras la negativa de ambos a acoger el cadáver.
El rechazo a sepultar a Priebke fue tan grande que hasta la hermandad católica San Pío X impidió la celebración de su funeral con fuertes protestas. Priebke murió el viernes de la semana pasada a los 100 años en Roma, donde se encontraba bajo arresto domiciliario tras ser condenado a prisión por crímenes de guerra. Ni la localidad argentina de Bariloche, en la que vivió muchos años, ni su Brandenburgo natal, en Alemania, quisieron acoger su cadáver.
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