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Ultimas Noticias|Miércoles, 13 de agosto de 2014
tenía 89 años

Adiós a Lauren Bacall

La fundación que gestiona el legado de Humphrey Bogart, actor con quien se casó en 1945, confirmó en Twitter que la estrella de la edad dorada de Hollywood murió ayer en Nueva York. La intérprete nominada al Oscar por "The Mirror Has Two Faces" ("El amor tiene dos caras") en 1996, habría sufrido un derrame cerebral, según fuentes de Variety y TMZ.

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Lauren Bacall tenía apenas 19 años y Humphrey Bogar 44 cuando compartieron el rodaje de la primera película de la joven actriz. "¿Tiene fuego?" fue la famosa frase con la que comenzaba la película "To Have and Have Not" (1944) que lanzó la carrera de Bacall e incendió el corazón del protagonista de "Casablanca".

Joven, seductora, con ojos verdes y una voz rasgada a base de whisky, Bacall se convirtió en una de las grandes divas del Hollywood clásico. Murió "pacíficamente" en su apartamento de Nueva York, según la Fundación Bogart Estate. "Ahora hemos perdido a la maravillosa Lauren Bacall", escribía en Twitter la actriz Mia Farrow. "Descansa en paz, querida Betty".

Y es que Bacall nació en realidad como Betty Joan Perske, hija de un comerciante y una secretaria de origen judío, en la Nueva York de 1924. Allí estudió interpretación hasta que Hollywood -y Bogart- descubrieron su austera belleza y se prendaron de ella. Tras el clásico de Howard Hawks basado en la novela homónima de Hemingway, ambos volvieron a trabajar juntos en otras tres películas: "The Big Sleep" (1946), "Dark Passage" (1947) y "Key Largo" (1948), bajo la batuta de John Huston.

Aunque en un principio los productores de la meca del cine intentaron imprimir a Bacall la etiqueta de "fría sex symbol", sus éxitos de taquilla como la comedia "How to Marry a Millionaire" (1953), en la que compartió cartel con Marilyn Monroe; "Harper" (1966), al lado de Paul Newman, o "Murder on the Orient Express" (1974), con Ingrid Bergman, Albert Finney y Sean Connery, dieron buena cuenta de su versatilidad.

John Wayne la fichó para una de sus últimas películas, "The Shootist" (1976), y en "Appointment with Death" (1988) volvió a dar vida a un personaje de Agatha Christie junto con Peter Ustinov, como el famoso detective Hercule Poirot. En la pequeña pantalla, se la vio junto con Gregory Peck en "The Portrait" y con Alec Guinness en el telefilme sobre veteranos de la Segunda Guerra Mundial "A Foreign Field", ambas en 1993.

Su matrimonio con Bogart duró poco. "Bogie y Baby", como se los conocía por aquel entonces, se casaron en 1945, pero un cáncer de esófago acabó con él en 1957. "La viuda de Hollywood" regresó entonces a Nueva York, donde fue muy aplaudida sobre las tablas de Broadway. Su interpretación en "Applause", la versión teatral del clásico de Bette Davis "All About Eve", y la comedia "Woman of the Year" le valieron dos premios Tony en 1970 y 1981.

Sin embargo su primera y única nominación al Oscar hubo de esperar hasta entrados los 90 con la comedia romántica "The Mirror Has Two Faces" (1996), protagonizada por Barbra Streisand y Jeff Bridges. Sin embargo, la estatuilla fue para Juliette Binoche por "The English Patient", aunque Bacall había logrado al menos llevarse el Globo de Oro. Unos años antes, el Festival de San Sebastián le entregó el Premio Donostia a toda su trayectoria.

Mientras tanto, Bacall crió a tres hijos: durante su matrimonio con Bogart nacieron Stephen (Steve) -que lleva el nombre del apodo de Humphrey en "To Have and Have Not"- y Leslie. De su segundo matrimonio con el también actor Jason Robards (1961-1969) nació su hijo Sam Robards. Y aún con el cabello lleno de canas, la legendaria actriz siguió poniéndose ante las cámaras hasta el final: en 2003 se la vio en el thriller "Dogville" y en 2007 "The Walker", de Paul Schrader.

Bacall tenía 85 años cuando en 2010 por fin recogió su Oscar honorífico, y lo hizo levantando la brillante estatuilla con un sonoro "sí". Después, dio las gracias a Hawks por darle la oportunidad de trabajar junto a Bogart. "Esa fue mi gran suerte, porque no sólo era un magnífico actor, sino también un hombre extraordinario. Él me dio una vida. Me cambió la vida".

Con su encantador humor ácido, Bacall terminó su discurso declarando que se alegraba de estar viva. "Algo que seguro ha sorprendido a alguno de ustedes", bromeó.

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