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"A pesar de la buena y muy constructiva atmósfera de negociación, desafortunadamente no hemos llegado tan lejos como nosotros y como yo esperaba", lamentó el canciller alemán, Frank-Walter Steinmeier, representante de una de las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, que desde hace una década intenta limitar la producción de uranio enriquecido en Irán.
"Hoy nadie en el mundo duda de que Irán deba tener tecnología nuclear, incluido el enriquecimiento en su propio suelo, y nadie duda de que las sanciones se deban eliminar", celebró Rohani, en una entrevista con el canal 1 de la televisión pública IRIB. Rohani aseguró que los países del Grupo 5+1 han aceptado esas dos premisas, si bien "existe aún debate respecto al marco temporal y el método a seguir".
"Hoy todas las empresas, sectores privados y todos los políticos del mundo cuando negocian con nosotros ven que no hay otra solución que el acuerdo, no hay otra solución que el fin de las sanciones. Y esta es la gran victoria del pueblo iraní", resaltó Rohani.
El plan que no prosperó fue el de impedir con controles internacionales que Teherán adquiera la capacidad para desarrollar una bomba nuclear propia escudándose en un programa nuclear con fines civiles, tal como es el temor de las potencias occidentales. Por eso, tras el encuentro en Viena, las sanciones contra Teherán que se iban a levantar como contrapartida, continuarán vigentes.
Los jefes de la diplomacia ni siquiera llegaron a agotar el plazo que se habían dado de llegar hasta las 23.59 horas de hoy. Tras los esfuerzos de los últimos días lo que queda es la intención de seguir negociando, por lo que las conversaciones no se dan por totalmente rotas.
Steinmeier, que se marchó de Viena inmediatamente después, señaló: "Nadie se marcha deprimido de las negociaciones. Todos los participantes creen que todavía hay una oportunidad de acercamiento". Los siete ministros que estaban hoy en Viena volverán a reunirse como pronto en abril. La nueva fecha límite para alcanzar un acuerdo ha sido fijada para el 1 de julio.
La actual negociadora jefe de la Unión Europea, Catherine Ashton, que hasta la fecha obtuvo muchos elogios por su forma de llegar las negociaciones tuvo una actuación más moderada. Se desconoce ahora si la política británica seguirá al frente de estas negociaciones o pasará el testigo a su sucesora como representante de política exterior de la UE, Federica Mogherini.
A muchos les sorprendió que la gran ronda, es decir, la de los siete ministros del Exterior más Ashton sólo durase una hora. También sorprendió en algunas delegaciones que los dos negociadores principales, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y su homólogo iraní, Mohammed Yawa Zarif, no trajesen de sus países poderes absolutos para negociar.
Y eso que la constelación para llegar a un acuerdo nunca antes había sido tan buena, ya que Rohani quería lograr la suspensión de las sanciones para cumplir una de sus promesas electorales.
A ello se suma que los otros grandes también deseaban apuntarse un gran éxito en política exterior: el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para demostrar que a pesar de su reciente derrota electoral todavía tiene poder internacional y Rusia, para no seguir aislada.
Uno de los participantes en la cita señaló: "A todos nos hubiera beneficiado un acuerdo. De esta forma no hay ningún ganador". Y la esperanza de que el año que viene se pueda lograr algo no es especialmente grande.
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