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Luego de que los cinco terroristas iniciaran al mediodía el tiroteo en la plaza donde se encuentran tanto el Museo Nacional del Bardo como el Parlamento, las fuerzas de seguridad rodearon el edificio del museo y pusieron fin al asalto por la tarde. Essid señaló que los atacantes dispararon arbitrariamente hacia quienes se encontraban delante del museo y luego persiguieron a otros en el interior del edificio, donde tomaron a numerosos turistas como rehenes. Los legisladores que se encontraban sesionando en el Parlamento fueron evacuados sin inconvenientes.
Por el momento no está claro si, además del policía muerto, las víctimas cayeron durante el atentado o durante el violento asalto para rescatar a los aproximadamente 100 rehenes tomados por los terroristas.
Aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores de Polonia no brindó una cifra exacta, entre los muertos figurarían siete turistas polacos y otros 11 heridos, al igual que dos italianos, al parecer pasajeros del crucero "Costa Fascinosa" de la compañía Costa Crociere, que había anclado en el puerto de Túnez.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, mostró discreción ante los datos oficiales de que habría al menos un ciudadano alemán muerto en el ataque, pero aseguró que aún no había certezas y condenó duramente el atentado. La Cancillería mexicana informó que entre los extranjeros que estaban dentro del museo también había ocho mexicanos, pero ninguno resultó muerto o herido.
Por su parte, el presidente de Túnez, Beji Caid Essibsi señaló que una "enorme desgracia" se abatió sobre el país. "Debemos iniciar una movilización general y neutralizar definitivamente a los terroristas", dijo durante una visita a los heridos. El jefe de Estado señaló posteriormente en un discurso televisado que "estamos en guerra contra el terrorismo y una minoría tan pequeña no nos atemorizará".
El ataque también recibió una general condena internacional. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que las Naciones Unidas son solidarias con el pueblo y el gobierno de Túnez. También manifestaron su congoja el presidente alemán Joachim Gauck, su colega galo François Hollande y varios altos líderes de la UE. El rey Felipe VI envió un telegrama a Essibsi en el que condenó el "execrable y cobarde" atentado y ofreció la colaboración de España en favor de "la paz, la convivencia y la prosperidad".
El Museo Nacional del Bardo es una de las principales atracciones turísticas de Túnez, con una rica colección arqueológica que incluye restos de Cartago, destruida por los romanos en el siglo II A.C.
El ataque es el más grave desde la revolución que comenzó en 2010 en contra del dictador Zine Abidine Ben Ali. El país, destacado por su actividad turística, fue la cuna de la llamada Primavera Árabe que después se extendió a otros países. Hasta ahora es el único Estado árabe que ha logrado hacer una transición hacia la democracia tras la revuelta, si bien las fuerzas islámicas volvieron a ganar peso en el país luego de la caída Ben Ali.
Pese a tener una población de unos 11 millones de habitantes, se cree que de Túnez salió el mayor número de yihadistas para combatir en la guerra civil siria. Túnez cuenta con una significativa presencia yihadista, pero la mayoría de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad se producen en el área montañosa occidental, cerca de la frontera con Argelia.
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