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"Ayer se abre la puerta de mi despacho en Casa Rosada a las 18:30hs. Mujeres, hombres, jóvenes, nenas y un inmenso ramo de flores que me entrega Carlos Susevich, padre de Liliana Graciela, a quien le arrancaron la vida un 17 de marzo de 1992", comenzó Cristina una serie de tuits, en los que contó su encuentro de ayer con familiares y víctimas del atentado a la Embajada. Lo acompañan Mónica Hernández, (...) hija de Mausi Meyers Frers, quien murió en la Residencia Hogar para personas mayores situada frente a la embajada", continuó CFK y narró que ella le ratificó que "esto no tiene nada que ver con la religión" porque "su madre era protestante y ella es una abuela ecuménica".
Cristina relató también que estuvo presente Jorge Cohen, sobreviviente del ataque y que al momento de la explosión estaba desempeñando su tarea como agregado de prensa en la Embajada. "Lo acompaña su hija Malena de 15 años. Recuerda el día que me conoció, cuando era Senadora, y los momentos que compartimos en actos, audiencias, encuentros, en la comisión. Se va emocionando y se le llenan los ojos de lágrimas cuando me dice que todavía recuerda el día, hace años, en que le dije 'cuando yo pueda los voy a ayudar'… '¡Y como lo hizo!', agregó", escribió la mandataria y confesó: "Casi me pongo a llorar yo".
"No me acordaba de haber dicho eso. Pero bueno, es el tema de hacer lo que uno piensa y no de prometer lo que conviene para quedar bien en el momento", subrayó.
La Presidenta añadió que en su despacho también estuvo el arquitecto Gabriel Pitchón, sobreviviente del atentado y quien estaba a cargo de la dirección de la obra que se estaba llevando a cabo en ese momento en la Embajada. "Todavía recuerda que lo tenían internado y esposado a la cama porque, al ser el arquitecto de la obra, era un potencial sospechoso. Te corre frío por la espalda. El lo cuenta con una sonrisa. A mí me dan ganas de patear sillas u otras cosas", manifestó CFK.
Subrayó que también la visitó Nelly Durán, viuda de Miguel Angel Lancieri, "un peatón que justo pasaba frente a la Embajada en el minuto fatal que Dios o la vida nos tiene asignado a cada uno". A su vez, narró que estuvo presente Leandro Rodríguez, de 24 años y nieto de Francisco Mandaradoni, que trabajaba en la obra de la Embajada. "Cuando su abuelo murió, él tenía 1 año. Tiene un año más que los 23 de impunidad. Me cuenta que su abuelo tenía un loro que murió al poco tiempo que su abuelo. Lo extrañaba", escribió Cristina.
"Y 'Rambo'. Su verdadero nombre es Alberto Romano. El apodo se lo pusieron los propios familiares, es que herido y ensangrentado, recorría los escombros ayudando a las otras víctimas", completó la mandataria sobre los visitantes a su despacho.
Luego añadió que también participaron del encuentro los abogados de la querella, Rita Jana e Ignacio Irurzun. "Son ellos los que me cuentan que el Estado de Israel jamás se presentó como querellante en la causa de la Embajada", manifestó la jefa de Estado y remarcó que "a esta altura" pocas cosas la sorprenden. "Esta es una. Otras que me contaron, mejor ni repetirlas…", dijo.
Por último, Cristina contó que había recibido una invitación por parte de la embajadora israelí para asistir al acto del día 19 de marzo, ya que la sede diplomática postergó el homenaje por las elecciones que se realizaron ayer en Israel. Añadió que la representante le ofreció "de considerarlo oportuno, hacer uso de la palabra".
"Me disculpé a través de la Secretaría General de la Presidencia y les dije, a quienes ayer me acompañaban, que en verdad, para mí, había un solo homenaje: el día 17 marzo y junto a ellos, las víctimas y los familiares. Gracias por las flores y, sobre todo, por el afecto y la consideración", concluyó.
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