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La Cámara de Diputados debate desde esta tarde el proyecto de reforma política que impulsa el gobierno nacional, cuya principal novedad es la implementación del sistema de boleta única electrónica, cuestionada por su vulnerabilidad y las trabas a la fiscalización de los votos.
El presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, Pablo Tonelli (PRO), defendió la iniciativa y afirmó que el sistema actual "está agotado". Al abrir el debate, el diputado expresó que con el sistema actual el elector “no tiene garantizado que a la hora de votar va a poder hacerlo por el candidato o partido de su preferencia”, al recordar que “es habitual que en el cuarto oscuro no encuentre la boleta por la que quiere votar”.
El diputado del PRO manifestó también la disposición del oficialismo de introducir más cambios al texto original en la votación en particular, luego de las críticas de partidos provinciales a la imposibilidad de participar en “lista corta”.
Tonelli admitió que se suscitaron "algunas preocupaciones y observaciones, particularmente de los partidos provinciales y para que nadie tenga objeción, vamos a proponer alguna modificaciones". No obstante, en otro tramo de su intervención, advirtió que "mientras sean partidos de distrito no van a tener los mismos derechos que los partidos nacionales, esto va a seguir siendo así".
El legislador macrista insistió con la postura de su partido de que la reforma no establece el sistema de voto electrónico sino de “boleta única electrónica”, aunque la diferencia es inexistente en la realidad. “El elector imprime y controla la boleta, a diferencia del sistema de voto electrónico donde al elector no le queda ninguna constancia del voto”, esgrimió.
Por su parte, Diana Conti (Frente para la Victoria) rechazó la reforma al asegurar que el sistema electrónico propuesto es "caro, inseguro, preparativo de fraude, negocio, robo del voto ciudadano, robo económico y corrupción". Advirtió que si bien no hay datos fehacientes de su costo demandaría una inversión de 4500 millones de pesos.
Juan Manuel Pedrini, también del FPV, propuso un sistema electrónico con boleta sin componente tecnológico. "Queremos que este voto así impreso se deposite en una urna, que sea contado manualmente y luego que se haga la transmisión del resultado de esa urna, no mediante el uso de la electrónica, sino a través de telegramas", manifestó.
En tanto, Néstor Pitrola, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, su rechazo a la reforma electoral impulsada por el Gobierno por "reaccionaria" y porque "refuerza la intervención del Estado en la vida de los partidos políticos y acentúa la incidencia de los grupos económicos y financieros en la política". "En esta reforma, el voto electrónico -que de hecho es polémico en todo el mundo- y la paridad de género -que es un maquillaje al retroceso social de la mujer- son anzuelos que ocultan este contenido", agregó.
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