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Por Franco Spinetta
El diputado del Frente para la Victoria y ex ministro de Economía, Axel Kicillof, habló con Página/12 e hizo un balance del proyecto de Presupuesto enviado por el Ejecutivo y remarcó las variables que más le preocupan. “El presupuesto es el inconsciente del gobierno, donde se ve con claridad la orientación y las prioridades”, señaló.
El gasto en servicio de deuda va a ser 247 mil millones de pesos, el 10,5 por ciento del presupuesto. En los peores momentos llegó a ser el 15 por ciento, antes de las crisis de la deuda. De todas maneras, claramente la política de deuda de este año va generando condiciones para un par de cosas. Primero, la importancia cada vez mayor del servicio de deuda que extrae recursos de otras partidas. Y también es recesivo porque los servicios de deuda son la forma menos expansiva del gasto en término de generación de empleo, actividad económica. Es plata que sale.
-¿Se puede analizar qué tipo de gobierno es el de Macri a través del presupuesto?
-Yo digo que es el inconsciente del gobierno. En la propaganda política y electoral dicen una cosa, pero cuando uno mira el presupuesto –aun sin la certeza de que lo vayan a cumplir- ve con claridad cuál es la orientación y las prioridades.
-¿Le preocupa que crezca tanto el gasto en servicios de deuda?
-Todos los rankings mostraron a la Argentina como uno de los países que más se desendeudaron en los últimos años, en términos de la relación de la deuda con el PBI. Ahora todas las estadísticas dicen que somos el país que más se endeudó de la región, que se llevó como el 60% de todos los préstamos que hubo para América Latina. Esto muestra una orientación, de seguir en este sentido hay grandes dudas sobre la sostenibilidad. Sobre todo si uno ve que en el presupuesto no sólo crecen los gastos en servicios de deuda sino que prometen un gigantesco endeudamiento para el año que viene. Están hablando de tomar 44 mil millones de dólares. Obviamente van a usar plata para pagar vencimientos, pero en términos netos va a haber un endeudamiento de por lo menos 25 mil millones de dólares.
-Le reitero, ¿es para preocuparse?
-Sin duda. Es un presupuesto de ajuste, reducción salarial y endeudamiento. Si uno proyecta este ritmo de endeudamiento, es explosivo. Pero hay que remarcar que la herencia no es nada pesada, más bien fue liviana. Si en dos años pueden tomar 60 mil millones de dólares es por las condiciones en que dejó el país el gobierno anterior.
-¿La deuda que se tomó este año hacia dónde fue?
-Para pagarle a los buitres, importaciones y fuga de capitales. Nada para el sector productivo. Del endeudamiento que van a tomar el año que viene, 18 mil millones de dólares son para cubrir gastos corrientes, no gastos de capital. Otro punto: antes criticaban la emisión monetaria, ahora yo me pregunto: cuando cubren déficit con endeudamiento, ¿qué hacen? Entran los dólares y emiten. No es recaudación genuina. Aun así, siguen tomando recursos del Banco Central y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses. Están incrementando el déficit, endeudándose más y cubriéndolo con emisión. Más allá de las claras diferencias en la política económica que tenemos, todo lo que criticaban lo están potenciando. Lejos de crear empleo, lo destruyen. Buena parte de los capitales que entran son especulativos y vienen porque hay una buena tasa de interés en pesos que permite el negocio financiero.
-¿Hacia dónde va la Argentina entonces?
-En términos estructurales, habrá mayor primarización de la economía, mayor entrada de capitales especulativos, menos industria, menos inclusión social y menos crecimiento del empleo. Esta es la política económica detrás del presupuesto. Paradójicamente plantean un ajuste en ciencia, cultura, derechos humanos, el INTA, pero el déficit que producen va a ser este año mayor al del año pasado. Y el año que viene no lo van a poder reducir demasiado. Este es uno de los defectos intrínsecos de los modelos recesivos y de ajuste y es que cada vez tienen más problemas con la recaudación. Por más que recorten, el programa de ajuste salarial hace que no haya mercado interno, se resiente la actividad. Entonces no hay recaudación y el déficit se potencia. Este fue el problema de toda la etapa neoliberal, donde pese a todas las penurias que sufría la sociedad, el déficit crecía igual.
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