"Lo que no podemos, desde ningún momento, es aceptar ni la injuria, ni la calumnia, ni la infamia", afirmó en rueda de prensa el vicepresidente boliviano, Alvaro García, al referirse -sin mencionarlo expresamente- a denuncias del congresista oficialista peruano, Luis Gonzales Posada, sobre una supuesta conexión de Morales con los enfrentamientos entre policías e indígenas en Perú.
Según Gonzales, el gobernante boliviano, de la etnia aymara, habría incitado a la rebelión en el poblado de Bagua, unos 1000 km al norte de Lima, donde se produjeron el fin de semana choques entre policías y nativos, que dejaron 35 muertos.
Gonzales pidió el lunes en Lima investigar "la (presunta) conexión boliviana" con los incidentes, a través de la carta enviada por Morales a una cumbre indígena realizada a fines de mayo en Puno, donde estuvo el líder de los nativos rebeldes peruanos, Alberto Pizango, llamando a una segunda independencia.
El vicepresidente boliviano dijo que la misiva de Morales está dirigida a los indígenas y oprimidos del mundo y que por ello, como gobierno, están dispuestos a debatir su contenido.
"No aceptamos que se convierta un documento de vida y dignidad, de convocatoria a los pueblos del mundo a sus derechos, a la igualdad, a su reconocimiento, en un pretexto o justificativo para la gestión de problemas internos de algún gobierno", afirmó el vicepresidente.
Consultado sobre las relaciones con Perú, deterioradas por éste y otros temas, como un asilo otorgado por Lima a tres ex ministros bolivianos enjuiciados, García respondió: "Confiamos en una convivencia dialogada y hermanada entre todos los pueblos del continente".
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