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Universidad|Martes, 25 de marzo de 2008
Sociales exige que se completen las obras de la sede única

El edificio de nunca acabar

En la nueva sede de Ciencias Sociales (UBA) aún falta construir aulas, el auditorio y las salas para talleres. Las autoridades de la facultad expresaron su “preocupación por la alarmante demora”. Estudiantes y docentes reclaman una movilización.

Por Julián Bruschtein
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En Constitución, el edificio por ahora sólo alberga a 3500 de los 30 mil estudiantes de Sociales.

En el marco de la crisis de infraestructura que atraviesa la Universidad de Buenos Aires (UBA), las autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales hicieron pública su “preocupación por la alarmante demora en la concreción de la obra” de su anhelado edificio único, que ya lleva dos años. El decano de Sociales, Federico Schuster, aseguró a Página/12 que las partidas necesarias para financiar la construcción de las aulas y el resto de las instalaciones se encuentran “en un laberinto técnico”. “Nos sentimos encerrados, porque el tema no avanza”, dijo.

“Para terminar con los tiempos de los papeles y continuar con los de los ladrillos”, se titula la declaración difundida por la facultad. El texto destaca que su “comunidad se ve obligada a comenzar el ciclo lectivo 2008 en las mismas condiciones edilicias que el último año: con tres sedes aisladas y aún sin certezas sobre la concreción de la segunda etapa de la obra de su edificio único y definitivo, lo que afecta gravemente el desarrollo de las actividades de la institución”.

Si bien –según insisten las autoridades– los fondos están presupuestados, las causas de la demora se centran en que “ante el pedido del Ministerio de Planificación Federal de modular la etapa para dosificar su financiamiento –debido a la magnitud extraordinaria que tiene nuestro proyecto en el marco del Programa de Infraestructura Universitaria–, la universidad aún no ha satisfecho los requerimientos técnicos”.

El decano Schuster explicó que la declaración refleja “la inquietud de todos los sectores de la facultad, no es puramente de las autoridades. No tenemos ningún indicio para pensar que no se van a realizar los trabajos, pero ante tanta demora tenemos que mostrar al menos nuestra preocupación”.

Por ahora, la facultad continúa dividida en tres edificios: el ya tradicional de Marcelo T. de Alvear al 2200, el de Parque Centenario (Ramos Mejía al 800) y el nuevo de Constitución. “Necesitamos tener a todos nuestros estudiantes y docentes reunidos en un mismo edificio para realizar una construcción académica acertada –agregó Schuster–. El problema por el que está pasando la UBA es el resultado de años de desinversión que desembocaron en esta crisis de infraestructura.”

El nuevo edificio está ubicado donde funcionaba la ex fábrica Terrabusi, entre las calles Santiago del Estero, Humberto I y San José. Allí, luego de la primera etapa de construcción, ya se dictan la carrera de Trabajo Social y los posgrados de la facultad. En total, las actividades involucran a unos 3500 alumnos de los casi 30 mil que estudian en Sociales. La segunda etapa, aún pendiente, abarca a casi todas las aulas del segundo, tercero y parte del cuarto pisos, un aula con capacidad para 700 personas destinada a las clases teóricas y eventos especiales en la planta baja, y el subsuelo, donde se impartirán las clases especiales de talleres para la carrera de Ciencias de la Comunicación.

También el centro de estudiantes y el gremio docente (AGD) se encuentran movilizados por la demora de las obras. Durante la semana pasada hubo una asamblea para discutir las medidas a seguir y se decidió armar una “comisión cuatripartita”, integrada por docentes, alumnos, no docentes y funcionarios de la facultad, para realizar un seguimiento de las obras del edificio. “Puede ser, en el consejo directivo se está evaluando el armado de un espacio así. Por ahora surgió la propuesta de la creación de una comisión de Hábitat y la idea es que participe toda la comunidad”, dijo el decano.

A través de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), los estudiantes presentarán una propuesta para que, en consonancia con el paro docente convocado por la Conadu Histórica, “el próximo 31 de marzo se cierre la facultad y se realice una marcha hasta el Ministerio de Educación y luego al Rectorado”, para reclamar por la situación edilicia y de infraestructura que sufre la UBA. “Esto ya no se resuelve con declaraciones y documentos –planteó Martín Bustamante, copresidente de la FUBA y estudiante de Comunicación–. Hay que movilizarse, porque la política del Gobierno consiste en el chantaje. Primero ahoga presupuestariamente a la universidad para después forzarla a negociar más fondos.”

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