Lamentablemente, otra vez hemos escuchado las frases de la década neoliberal que consideran a la universidad como un gasto superfluo. Y algunos intentan instalar el viejo discurso de la restricción al ingreso y el arancelamiento en las casas de altos estudios. Cualquier medida de arancelamiento en las universidades nacionales, en la situación en que se encuentra el país, restringiría aún más el ingreso a la universidad. Producto de la crisis económica generada en la década de los ’90, vastos sectores de la sociedad o no acceden a la educación superior o lo hacen con un gran esfuerzo. La universidad argentina fue durante muchos años la única vía de ascenso social de los sectores medios y de menores recursos de la sociedad y contribuyó a los altos niveles de inclusión y al desarrollo económico del país. Por otra parte, la falta de educación ha sido, a la vez, la causa de la desigualdad social y exclusión de vastos sectores de la población. Si queremos que nuestro país recupere su aparato productivo y distribuya equitativamente su riqueza, sólo se logrará invirtiendo más en educación, sobre todo en esta nueva etapa a nivel mundial, en que quienes no accedan a la sociedad del conocimiento serán totalmente marginados. Afortunadamente, el presidente de la Nación ha manifestado su compromiso con la gratuidad de la enseñanza y la necesidad de aumentar la inversión en el sistema educativo, elevándola al 6 por ciento del PBI, expresando que “es totalmente extemporánea la discusión del arancelamiento porque en la Argentina de hoy sería muy restrictivo”. Desde la Fedun apoyamos las palabras del señor Presidente y trabajaremos por un modelo de desarrollo basado en el conocimiento y por el acceso de todos los sectores sociales a ese conocimiento. Un país desarrollado y con justicia social.
* Secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun).
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