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Universidad|Martes, 18 de julio de 2006
OTRA PROTESTA SUSPENDIO EL QUINTO INTENTO DE ELEGIR RECTOR

La UBA busca lugar en el Guinness

La FUBA tomó el Nacional Buenos Aires y volvió a frustrar la asamblea, donde dos candidatos muy parejos iban a disputar el rectorado. Polémica porque el Gobierno no envió a la policía. La interna estudiantil y los bloques.

Por Javier Lorca
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Misma escena, mismos actores, misma coreografía: los estudiantes de la FUBA volvieron a tomar el Colegio Nacional de Buenos Aires y ayer impidieron, por quinta vez, la reunión de los 236 asambleístas que deben elegir al nuevo rector de la UBA e iniciar la reforma de los estatutos de la universidad. Lo que parece haber cambiado –¿apenas o bastante?– es parte del libreto, algo del contenido del conflicto y las discusiones. Aunque coincidieron en la toma, ahora las agrupaciones de izquierda tienen posturas diferentes y dos de las tres que conducen la federación estudiantil expresaron su voluntad de acordar con el frente que postula a Alfredo Buzzi como rector, si éste asume ciertos compromisos aún en debate. Mientras, autoridades y consejeros, tanto los que impulsan al decano de Medicina como quienes sostienen al otro candidato al rectorado, Alberto Boveris, repudiaron la protesta estudiantil. ¿El próximo capítulo de la saga? Aníbal Franco, vicerrector a cargo de la UBA, dijo que convocará al Consejo Superior para que el cuerpo colegiado decida los pasos a seguir. El sexto intento de asamblea se haría –estimó– “tras las vacaciones de invierno” y “con una estrategia más adecuada”. Pero los asambleístas que apoyan a Buzzi ya pusieron fecha: quieren que sea el 8 de agosto y, si el vicerrector no la llama, anunciaron que están dispuestos a autoconvocarla.

Que la quinta asamblea no iba a poder sesionar ya se vislumbraba desde el domingo a la noche. Para entonces la FUBA había ocupado la sede del colegio, sobre Bolívar al 200, sin encontrar mayor resistencia porque el Gobierno había decidido no organizar el operativo policial solicitado por el vicerrector, pero rechazado por varios decanos (ver “La ausencia policial”).

En la mañana de ayer se diluyeron las últimas esperanzas de sesionar que algunos mantenían, en especial después de la ruptura del bloque representado por Boveris –ahora con siete facultades detrás– y de la conformación de un nuevo espacio en torno de Buzzi –apuntalado por las restantes seis facultades–, en un virtual empate de fuerzas (ver “Dos bloques en paridad”). Hasta anteayer, las agrupaciones que conducen la FUBA (el PO, el MST y la CEPA) habían discutido qué hacer frente al llamado a participar de la propuesta conciliadora de Buzzi, quien llegaría al rectorado de sumar los votos estudiantiles. Pero mientras el MST y “los chinos” se mostraban proclives a encontrar puntos de consenso, el PO rechazaba de plano todo acuerdo (ver “Son o no son...”). Al no poder zanjar la cuestión de forma conjunta, pareció que intentaban ganar tiempo, generando otra suspensión de la asamblea.

A las 9, hora en que debía comenzar la reunión, sobre las escaleras de la entrada del Nacional Buenos Aires y detrás de las rejas del colegio, los estudiantes cantaban y gritaban. “Ni Boveris, ni Buzzi, democratización”, pedían, con algunos petardos estallando de fondo. Casi no se veían asambleístas bajo la llovizna. Media hora después se acercaron algunos consejeros, en grupo. “Esta película ya la vi”, lamentaba una profesora. Rodeado por un enjambre de movileros de radio y televisión llegó también el vicerrector de la universidad. Se acercó a Martín Bustamante, uno de los copresidentes de la FUBA, y mantuvieron un breve diálogo. El dirigente estudiantil ratificó que no dejarán elegir al rector “hasta que no haya un compromiso concreto de democratizar la universidad”, según dijo luego a este diario. Franco le pidió que dejaran funcionar a la asamblea para, entre otras cosas, empezar a discutir la reclamada reforma del estatuto. La FUBA se negó y el vicerrector dio por suspendida la reunión. “Lamentablemente los jóvenes que impiden la realización de la asamblea están atacando lo que dicen defender. Acá se está perjudicando a la universidad”, dijo Franco, ofuscado. Pocos minutos después, a las 9.40, con sus carteles y banderas a cuestas, los estudiantes dejaban vacío el escenario de la protesta. Llegaba la hora de las declaraciones y tomas de posición ante la obra consumada.

Mediante un comunicado se pronunciaron los profesores, graduados y alumnos vinculados con el radicalismo, el peronismo y otros sectores, que postulan como rector al decano de Farmacia, Boveris, ayer blanco de algún huevazo kir-chnerista. La lista Protagonismo e Integración lamentó “que grupos o sectores internos o externos a la universidad empleen prácticas mediante las cuales pretenden evitar la libre expresión de la comunidad universitaria”. La declaración difundida concluyó apoyando “fuertemente todas las vías o canales democráticos que contribuyan al diálogo” y respaldando al vicerrector “para que la gestión a su cargo pueda desenvolverse con el menor deterioro posible para la UBA”. Más directo, un consejero radical opinó: “Está claro que la izquierda no va a dejar sesionar hasta que no esté segura de que nuestro candidato pierde. Y en eso cuenta con el apoyo del Gobierno, que no acepta enviar a la fuerza pública”.

El recién construido bloque que postula a Buzzi, por su parte, organizó una conferencia de prensa en Medicina. El propio decano y candidato calificó como “una muestra de intolerancia”la toma del colegio y llamó nuevamente al diálogo y al “cese de las ocupaciones”. A la vez se confesó sorprendido por la protesta de la FUBA porque, según dijo, creía haber alcanzado “un principio de acuerdo” con los estudiantes de la CEPA y el MST, tras dialogar durante el fin de semana. Detalló que habían consensuado una serie de puntos que incluyen: un pedido al Gobierno de urgente aumento presupuestario; la realización antes del 15 de noviembre de una asamblea para reformar los estatutos; avanzar en la regularización de los profesores interinos y de los 11 mil docentes sin salario.

–Los estudiantes también piden que se elija un rector interino y que caduquen todos los mandatos para elegir autoridades después de la reforma –le comentó Página/12 a Buzzi.

–Personalmente no tengo problema en ser un rector interino, de transición. Les ofrecí retirarme en uno o dos años. Pero la caducidad de los mandatos de los consejeros, elegidos legítimamente en elecciones de las que estos mismos estudiantes participaron, es inaceptable.

Suspendidas ya cinco asambleas desde abril pasado, sin rector desde principios de mayo, ahora la universidad entrará en una nueva impasse. Anoche, en el rectorado, se calculaba que el Consejo Superior volvería a reunirse después de las vacaciones invernales, ya en agosto, y sólo entonces se analizará cuándo intentar la sexta asamblea. Entretanto, un problema incipiente: ayer, los dos bloques que hoy dividen la UBA se cruzaron por cómo se gestionará la universidad en lo inmediato. Es que parte de los consejeros que apoyan a Boveris y a Franco creen que “la universidad no puede seguir esperando la elección del rector. El vicerrector tiene que empezar a gobernar en serio y designar secretarios, porque solo no puede manejar una institución tan grande”, comentó un graduado. Aunque eso debería quedar en manos del Consejo Superior, la posibilidad mereció el pronto rechazo del bloque contrario. “Nombrar secretarios antes de elegir rector sería una salida antiestatutaria”, avisó Hugo Trinchero, decano de Filosofía. Y Fernando Vilella consideró que sería “una provocación” que “complicaría aún más la salida de la crisis”.

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