“No es un curso para egresar de la escuela ni para superar los sistemas de ingreso de las universidades, sino un entrenamiento en habilidades intelectuales útiles para cualquier estudio superior”, dijo a Página/12 Marta Kisilevsky, coordinadora nacional del programa que, hasta ahora, se dicta en 11 provincias, con la participación de 20 universidades. “La idea es extenderlo a todo el país desde 2006”, dijo la funcionaria de Educación. ¿Cómo se evalúan los resultados? Con encuestas a todos los alumnos y docentes involucrados. “El año pasado, el 91 por ciento de los estudiantes recomendaba el curso... Muchos docentes sienten que esto los reconcilia con la docencia y con los adolescentes.”