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El cuento por su autor

Las motivaciones de la escritura de un cuento suelen ser difusas y complejas. Por lo general lo más claro son las huellas del período de su escritura, el proceso mismo de su construcción, las correcciones, las lecturas, los cambios de finales y cierta incertidumbre en medio del relato provocada por el rumbo aún desconocido de lo que se está narrando. No obstante creo que en este relato influyó mi experiencia de atravesar el Río de la Plata durante un periodo que iba mucho a Colonia. Viajar en el ferry me gustaba, miraba el río en pleno movimiento, pero la inmensidad del agua marrón, como sucia, me daba cierto vértigo.

Supe después de la densidad de la niebla que abarcaba ese territorio durante el invierno por algunos otros viajeros que me lo contaron. Supe también que en la historia se habían producido grandes bajantes. Leí en una historia de Quilmes que hacia fines del mil setecientos, algunos pobladores, aprovechando una de ellas, intentaron cruzarlo a caballo. En unos apuntes recopilados de Rodolfo Walsh, leí también que él pensaba escribir una novela donde un hombre en el siglo diecinueve cruzaba al galope el río vacío rumbo a Colonia. Esa mezcla de experiencia personal, la remisión histórica y la literaria fueron los materiales que me llevaron a escribir “La niebla”, donde por el arte de la narración todo se transformó en ficción, como creo que debe ser. No obstante la obsesión por el tema siguió trabajando en mi cabeza y bien, el relato dentro del relato que verán en este cuento se agigantó y metamorfoseó en mi novela El otro tiempo.