Actrices y cantantes se mezclaron ayer en Washington con activistas sociales, feministas y mujeres de toda clase. Madonna sorprendió a todas con una aparición no programada y subió al escenario con su gorro de lana negro con orejas. “Bienvenidos a la revolución del amor”, dijo. Y llamó a la rebelión. “A nuestra negativa como mujeres de aceptar esta nueva era de tiranía en la que no solo las mujeres están en peligro, sino todas las personas marginadas”.