Más de seis mil documentos que fueron divulgados ayer demuestran que el nuevo director de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de EE.UU., Scott Pruitt, colaboró con la industria petrolera y grupos de presión que buscaban la revocación de las regulaciones federales medioambientales. Hasta asumir con el gobierno de Donald Trump, Pruitt era fiscal general de Oklahoma y enseñaba a las petroleras las trampas legales para evadir la reglamentación de protección ambiental.