Los exabruptos del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, son ya un patrón de gestión. Por primera vez las corporaciones de prensa manifestaron su rechazo. La Asociación Nacional de Periódicos y la Asociación Nacional de Editores de Revistas reaccionaron a las agresiones contra la periodista Patricia Campos Mello, de Folha de Sao Paulo. El jefe de Estado había insinuado que consiguió información a cambio de sexo. “Es desafortunado y ha sucedido repetidamente, el Presidente ataca a periodistas, cuyo trabajo es esencial para la sociedad y la preservación de la democracia”, sostuvieron.