Se cumplieron ayer 17 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el comisario bonaerense Miguel Etchecolatz, mano derecha de Ramón Camps durante el terrorismo de Estado. Una investigación que no avanzó, ningún imputado, nada que permita responder “¿Dónde está Julio López?”. El reclamo de memoria y justicia atravesó los recuerdos de la Secretaría de Derechos Humanos, el CELS, diputados y funcionarios oficialistas y de izquierda. El jueves, al finalizar la Marcha de las Madres, la Correpi convocó a un acto en Plaza de Mayo. El Centro de Profesionales por los Derechos Humanos advirtió que “si los gobiernos hubieran impulsado la investigación y condena a quienes desaparecieron a Julio López, tal vez Victoria Villarruel (candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza) no se pasearía con un discurso negacionista y reivindicatorio del genocidio. La impunidad genera más impunidad, pero seguiremos enfrentándolos”.