La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, Acumar, descubrió la trampa: la curtiembre Di Palma estaba clausurada pero seguía contaminando porque la abrían los fines de semana, cuando Lanús es un desierto. Ayer, una cuadrilla ambiental y la Policía Ecológica bonaerense cerraron el lugar y abrieron una causa penal contra los dueños.