La falta de una transición que justifique el tono grave presionando para resquebrajar la corteza cómica hace de "Amor y trueno" una película a la que no le vendría mal un tratamiento psiquiátrico.
Lo que hay en la película dirigida por Sam Raimi no es locura sino arbitrariedades a troche y moche, situaciones hiladas por la idea de que el multiverso es una carta blanca para que pueda pasar cualquier cosa.
Este jueves se estrena el nuevo film del Universo Cinematográfico Marvel, donde el Hechicero Supremo debe enfrentarse tanto a la oscuridad de un antiguo aliado como a la propia.
La serie combina cultura egipcia, trastornos de personalidad, e intérpretes de la talla de Oscar Isaac y Ethan Hawke.